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Foto del escritorAlex Cross

Zodiac: un asesino sin nombre

Actualizado: 5 abr 2023

Se le conoce como el asesino del Zodiaco porque él mismo se dio a conocer de ese modo, sin embargo su identidad sigue siendo un misterio

Cartel de la Policía de San Francisco pidiendo la colaboración ciudadana para atrapar a Zodiac
 

En sus cartas codificadas (y postales) que enviaba a la Policía, se autodenominaba “Zodiac”. En los sobres de algunas de las misivas introdujo restos de la ropa de sus víctimas para demostrar que era el asesino. También realizó llamadas a comisarías de Policía justo después de matar a alguien.


Como el principal sospechoso de la investigación conjunta (Policía de San Francisco y FBI) tenía un reloj de la marca suiza Zodiac, se llegó a creer que se autodenominó así por esa razón.


Índice



El principal sospechoso

Fotos policiales de Arthur Leigh Allen de frente y perfil
Fotos policiales de Arthur L. Allen

No se le detuvo por los asesinatos de Zodiac por falta de pruebas que le inculparan pero sí por abuso infantil. Sin embargo, de todos los que fueron señalados como posible asesino, fue el único del que se registró su vivienda.


Una vez muerto Arthur Leigh Allen y comparado su ADN con el de las cartas, se comprobó que no eran la misma persona (restos genéticos también se recogieron de las escenas de los crímenes).


Tampoco coincidían las letras: el asesino escribió la mayor parte de sus famosas cartas a mano pero la de Allen no se correspondía con la suya.


Quién sostuvo que fue Arthur L. Allen es Robert Graysmith, dibujante del periódico San Francisco Chronicle, uno de los diarios que recibió las cartas de Zodiac (los otros fueron el San Francisco Examiner y el Vallejo Times-Herald).


El ilustrador se obsesionó con la investigación hasta el punto de que casi le destruye, alejándole de su familia y dejando su trabajo. También afectó a su colega Paul Avery, redactor del mismo periódico en el que trabajaba Graysmith. Como Zodiac amenazó de muerte a Paul, éste iba siempre armado, obsesionándose con la idea de que le atacaran, bebiendo tanto que acabaría enganchado a una botella de oxígeno.

Graysmith averiguó, revisando expedientes policiales, que Allen poseía un arma del mismo calibre que una de las usadas por el asesino. Había servido en la Marina y tenía antecedentes por abuso infantil.


Autor del libro en el que se basa la película "Zodiac" de 2007, llegó a defender la idea de que el asesinato de Darlene Ferrin, de 22 años, en julio de 1969, había sido premeditado porque probablemente Allen le conocía, ya que vivía muy cerca, en la localidad de Vallejo.


Sin embargo, la investigación policial trasladó a la opinión pública que las víctimas las escogió Zodiac al azar ya que no se hallaron vínculos con las mismas.


Graysmith llegaría más lejos en su acusación asegurando que Allen continuó matando durante la década de los 80. Para explicar porque dejó de enviar cartas en 1974, se apoya en que Allen ingresó en prisión en el 75, saliendo en 1979; murió en 1992. Lo cierto es que Zodiac se atribuyó hasta 37 asesinatos.


Allen superó las pruebas del polígrafo. Pero aún así, continuaban señalándole como posible asesino. Las pruebas circunstanciales así lo indicaban, como la talla y modelo de sus botas, iguales que huellas encontradas en uno de los crímenes de Zodiac.


Michael Mageau, superviviente de uno de los ataques de Zodiac, le relacionó con Allen 22 años después de su agresión, pero su identificación se contradecía con los datos que el propio Mageau dio tras el ataque, en 1969.



Las cartas de Zodiac y su afán de popularidad

El asesino firmaba las cartas con un símbolo que se parecía mucho al de la marca suiza de relojes "Zodiac". Como Allen tenía uno se pensó que pudiera ser el asesino. Lo cierto es que esa marca era bastante popular en esa época, sobre todo entre los militares (y Allen había servido en las Fuerzas Armadas).


Algún investigador diría que el símbolo que aparecía en las cartas era una diana o incluso la “Cruz de Odín”, una cruz rodeada de un círculo.

Con respecto a esta última posibilidad, se piensa que pudiera haber sido aficionado a la mitología medieval.


También pudo haber sido un neonazi, puesto que los nazis hicieron suya esa cruz característica entre su simbología.


Las misivas las envió también al periódico San Francisco Chronicle, simulando el modus operandi de otro célebre criminal en serie: Jack, el destripador. Éste último hizo lo mismo ochenta años antes, mandando cartas tanto a la Policía de Londres como a la prensa.


Como Jack, que también se puso él mismo el nombre con el que pasaría a ser conocido ("the ripper", el destripador), Zodiac se autodenominó como tal.


Otra semejanza con el destripador es que Zodiac envió muestras de sus asesinatos en los sobres: trozos de tela ensangrentada (Jack envió parte de un riñón con su famosa carta titulada "Desde el Infierno").


Zodiac incluyó un criptograma en el que decía que figuraba su nombre si los investigadores conseguían descifrarlo. Lo dividió en tres partes que envió a tres diarios distintos.


Aseguró haber matado a 37 personas, pero solo se le atribuyeron seis asesinatos, aunque durante mucho tiempo solo cinco, hasta que se reconoció, tiempo después una sexta víctima. Curiosa coincidienca con Jack del que se dice que mató a solo cinco mujeres, cuando en la zona en la que se cometieron sus crímenes serían once las asesinadas.


Con otros asesinos en serie ha sucedido lo mismo: decían haber matado a más personas de las que realmente pudo comprobarse, comunicándolo a la Policía o a la prensa (o ambas a la vez) en cartas. Aparte del destripador o Zodiac, también lo hizo Kaith Jesperson, el "Asesino del Rostro Feliz" ("Happy Face Killer", por la cara sonriente que dibujaba en sus escritos).


La diferencia con Jack es que Zodiac envió las cartas algún tiempo después de los asesinatos mientras que el destripador lo hizo mientras los cometió. De hecho, se recibieron hasta 1990 si bien los investigadores consideran que muchas de ellas son falsas, de imitadores.


Se sabe cuales son suyas (cuando la prensa las difundió hubo muchas falsificaciones posteriores, algo que sucedió también con el destripador) porque en sus cartas indicaba detalles que solo la Policía conocía. Los agentes no difundieron todos los datos que recabaron en las escenas de los crímenes precisamente para no dar pábulo a imitadores.


Zodiac escribió que no daba su nombre verdadero porque eso retrasaría su objetivo de reclutar esclavos para cuando muriera. Decía que sus siervos eran aquellos a los que asesinaba y a los que vería después en el Más Allá.


Dio indicaciones de cómo llevaría a cabo sus masacres (como una en la que aseguraba que mataría a niños de un autobús escolar), pero no llevó a cabo sus amenazas.

Carta del asesino Zodiac de 1978
Carta de Zodiac de 1978

En una carta enviada en abril de 1978 al San Francisco Chronicle se preguntaba si harían alguna película sobre él y de ser así quién sería el actor que le interpretara. Con el tiempo se haría no una película solo, sino varias.

Lo más probable es que buscara popularidad aunque sin que se supiera cómo era realmente ya que, manteniéndose en las sombras, crearía más expectación, lo que parecía divertirle. Incluso, se atrevió a llamar en directo al popular programa de radio conducido por Jim Dunbar, en octubre de 1969. Al locutor le dijo que había matado a un niño y que desde entonces sentía dolores de cabeza.



La noche que Zodiac casi es atrapado

Retrato coloreado del asesino Zodiac
Descripción inicial a la Policía de testigos

La noche que Zodiac a punto estuvo de ser atrapado fue tras asesinar al taxista Paul Lee Stine.


Tres viandantes que descubrieron el atroz escenario llamaron a la Policía y les describieron al posible asesino, como en el dibujo anterior.


Uno de los testigos dijo que su edad oscilaría entre 25 y 30 años, en torno a 1,75-1,80 metros de altura, robusto y pelirrojo con el cabello corto, gafas de montura gruesa y vestimenta de color oscuro, añadiendo que era de raza negra.


Los otros dos testigos, en cambio, le dieron una edad de entre 35 y 45 años, con cabello de color claro (no rojo). Los agentes le buscaron siguiendo la dirección que los testigos les dieron, cruzándose con un sujeto al que no pararon porque era de raza blanca (se les había quedado solo la posibilidad de que fuera negro).


Sin embargo, reconocerían después que el resto de la descripción coincidía con los rasgos de ese individuo.


Zodiac incluyó un trozo de la camisa del taxista en una de sus cartas, escribiendo que se paró a hablar con los policías a los que despistó dándoles indicaciones falsas.


El retrato que se hizo popular, en cambio, fue una modificación del original cuando los testigos, contrastando sus versiones, pidieron cambiarlo para que el dibujo que ya se estaba difundiendo solicitando la colaboración ciudadana, fuera más preciso.



Los otros sospechosos

Comparativa de la imagen del sospechoso Gary F. Poste con el dibujo de Zodiac

Un grupo de investigadores, con amplia experiencia profesional pero ya retirados que se hacen llamar “Case Brakers”, señalaron a un tal Gary Francis Poste, quién murió en 2018.


El FBI no está de acuerdo con las pruebas que dicen haber hallado los Case Brakers. Una de ellas es un reloj, marca Zodiac, con salpicaduras de pintura en el escenario del crimen de la estudiante Cheri Jo Bates, una de las víctimas.


El reloj fue adquirido en una base militar, porque el señalado por los veteranos ex-detectives fue militar retirado. Cuando Gary F. Poste se licenció de la Fuerza Aérea, se dedicó a pintar casas.


Los investigadores añaden a sus pesquisas unas fotografías que hallaron entre las pertenencias de Gary, de quién dicen que tenía las mismas marcas en la frente que las que la Policía retrató en el dibujo que difundieron del asesino (el segundo).


Los Case Brakers achacan las marcas en la frente de Poste a un accidente automovilístico que sufrió junto a un compañero del escuadrón del que formaba parte, en 1959.


La investigación oficial del FBI desmiente la “amateur” de los Case Brakers porque incluyen asesinatos cometidos antes y después de las únicas seis víctimas que señalaron en su momento. Para el FBI son casos que no están relacionados con Zodiac, pero éste llegó a decir que había matado a muchas más personas que esas cinco que se identificaron en su día.


Uno de esos casos que el FBI acabaría relacionando con Zodiac es el de la estudiante californiana Cheri J. Bates. Aquí coinciden con los Case Brakers pero éstos añaden más supuestas pruebas para señalar a Gary F. Poste.


Un conjunto de documentos demuestran que Poste se encontraba por entonces muy cerca de donde se cometió el crimen ya que estaba siendo tratado en un hospital militar próximo, por una herida de arma de fuego.


En tres escenarios de diferentes crímenes de Zodiac, de los que sí se consideran “oficiales” y por lo tanto aceptados por el FBI, aparecieron huellas de botas militares de la talla de Poste (este individuo también usaba este tipo de botas, aunque también las usaban otros sospechosos).


Los Case Brakers reconstruyeron la vida de Poste una vez dejó el ejército, averiguando que lideraba una banda de maleantes muy violenta. Zodiac asesinaba disparando a sus víctimas y Poste era un aficionado a las armas de fuego, pero también tenía armas blancas, que igualmente fueron usadas por Zodiac.


En cualquier caso, el FBI no acepta la nueva versión, señalando solo seis asesinatos cometidos entre 1966 y 1969, aunque las cartas continuaron hasta 1974. El asesino aseguró que había continuado matando. Posteriormente, durante la década de los años 80, se recibieron más cartas.


Se dijo que lo que buscaba era notoriedad porque presionó a la prensa para que publicaran sus cartas (lo que la Policía no quería para no infundir miedo en la población), amenazando con matar a más personas, incluso niños. Pero lo cierto es que se mantuvo en el anonimato, por lo que más parecía que solo quería burlarse públicamente de la Policía y el FBI.


Hubo varios asesinatos más entre 1962 y 1967 pero el FBI no terminaba de ponerse de acuerdo sobre si relacionarlos con Zodiac o no. De hecho, se investigó a cientos de personas, susceptibles de ser el asesino. No se llegó en ningún caso a pruebas fidedignas que señalaran a alguno de ellos.


Joseph "Giuseppe" Bevilacqua es otro individuo que se autoadjudicó tanto los crímenes de Zodiac como numerosos asesinatos en Italia entre las décadas de los 70 y los 80. Este ciudadano estadounidense también había sido militar, marchando a la ciudad italiana de Florencia en 1974, precisamente cuando Zodiac envía su última carta a la prensa.


Analizando la letra de Bevilacqua con la de las misivas de Zodiac, se encuentra cierto parecido, pero fue él mismo quién reconoció haber mentido negando ser el asesino, aparte de que no coincide su ADN con el de las cartas.


El periodista Richard Gaikowski, muerto en 2004, también sería señalado como posible “Zodiac” porque un compañero le denunció por su actitud sospechosa. Recordemos que el asesino enviaba cartas a la prensa con códigos (solo uno se ha descifrado). Por lo tanto, no se descartó la posibilidad de que se tratara de un periodista.


Gaikowski dijo estar en el Reino Unido cuando se cometieron los asesinatos, en concreto en Irlanda del Norte, documentándose para escribir sobre la organización terrorista IRA. Como prueba dio la dirección de la casa de huéspedes en la que dijo alojarse el tiempo que estuvo allí. La dueña dijo que no le recordaba, si bien aclaró que no se acordaba de la cara de muchos de quiénes se habían hospedado en la residencia.


Luego tenemos a Jack Tarrance, muerto en 2006, acusado por su hijastro en 2007 de ser Zodiac. Le acusaba de haber matado a su esposa, madre del denunciante. Para demostrarlo, entregó al FBI varios escritos suyos para que los investigadores comprobaran la escritura con la de las cartas del asesino. También les dio un cuchillo que tenía sangre para que sacaran una muestra. Añadió una capucha del mismo color y forma que la que decían haber visto los testigos supervivientes de los ataques de Zodiac, incluso con el símbolo característico suyo (la cruz de Odín) y fotografías espeluznantes.


Coincidencias de Tarrance con dos de los sospechosos mencionados: sirvió en las Fuerzas Armadas, aunque éste último no solo en la Fuerza Aérea, también estuvo en la US Navy.


Aparte, la letra de Tarrance se comprobaría que era de un gran parecido al de las cartas enviadas a la prensa.


En contra de esta hipótesis no hubo argumentos contundentes, pero teniendo en cuenta que las supuestas pruebas no lo eran tampoco, se descartó que Zodiac fuera Tarrance.


Por último, el autor Robert Graysmith, del que hablábamos anteriormente, de cuyo libro se inspiró la película "Zodiac" (la mejor que se ha hecho sobre la investigación), también indicó la posibilidad de que el asesino fuera un tal Marvin Bernell. Un individuo que trabajaba en un cine proyectando películas.

Cartel de la película "El juego más peligroso"
Película de 1932

Graysmith dijo haber descubierto que Bernell señalaba los rollos de las películas con un símbolo similar al usado por Zodiac (recordad: la cruz en un círculo).


Además, tenía una copia en su casa del clásico "El juego más peligroso", de 1932, película basada en el libro "Los sabuesos de Zaroff", de 1924, de los que Zodiac extrajo algunas frases que escribió en sus cartas.


En la película "Zodiac", Bernell es el personaje que más miedo da, desde luego, pero lo cierto es que su letra no era como la de Zodiac ni se halló ninguna prueba verdaderamente contundente como para relacionarle con el asesino en serie.


La marca que aparecía en las cartas de Zodiac y que Graysmith señala como característica del asesino, estuvo sujeta a muchas interpretaciones. Decir que Bernell pudo ser el criminal porque señalaba los rollos de film con una marca similar, es aventurarse demasiado.


Para unos investigadores, la marca era una mirilla de arma larga de fuego. Para otro, como ya vimos en un epígrafe anterior, una cruz nórdica.


El reloj marca Zodiac despistó a los investigadores porque algunos pensaron que era determinante e hizo que se sospechara de algún extraño individuo que tenía uno de esos relojes. En realidad se hizo muy popular entre militares (sobre todo de la Marina) en la época de los crímenes. Pero también lo tenían deportistas desde hacía tiempo, así que pudo haber sido cualquiera si solo se dejaran llevar por ese detalle.

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