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Influencia y peso de España en la era Trump

El presidente de EEUU señaló a España. Dice que no se ha portado bien. ¿Qué le tiene reservado? ¿Cómo puede contrarrestar?

Banderas de España y EEUU
Las relaciones entre los Estados Unidos y España no pasan por su mejor momento

Donald Trump ha regresado a la Casa Blanca repartiendo estopa. Ha prometido al pueblo estadounidense, tanto a los que le votaron como al resto, que devolverá a los Estados Unidos su preponderancia internacional perdida con el anterior presidente, Joe Biden. Para ello, no dudará en usar cualquier medio para lograr que el Mundo vuelva a respetar al gigante norteamericano, señalando a varias naciones como no cumplidoras de sus compromisos, entre ellas España.


Trump sabe que cuenta con un poder incontestable que le permite presionar al extremo para conseguir sus objetivos. Dice que se acabó el que sea EEUU los que lo paguen todo debiendo aportar los aliados también.


Índice



¿Por qué Trump no ve con buenos ojos a España?

jóvenes enarbolando la bandera de EEUU
La OTAN depende, sobre todo, de EEUU

Imaginemos un club del que forman parte 32 amigos pero hay uno que es el que más pasta tiene por lo que suele ser el que lo paga casi todo y así durante años. Este tipo se harta, porque obtiene poco beneficio y le dice a sus colegas que arrimen también ellos el hombro pero no ve que estén por la labor hasta que toma una decisión: o contribuís o me voy. Los demás saben que si se marcha tendrán que pagar mucho más llegando a plantearse si es buena idea mantener el club.


El presidente Trump considera que muchos de sus supuestos aliados son esos "caraduras" de la historieta anterior, entre ellos el Estado español, porque no contribuyen como es debido al sostenimiento de la OTAN que defiende su territorio. Trump señaló también a Francia y advierte que los Estados Unidos no van a seguir siendo los que paguen la defensa europea.


El Gobierno de España tardó poco en decir que está entre los ocho Estados que más aportan al sostenimiento de la Alianza Atlántica pero no es suficiente para Trump. De hecho, tampoco lo es para la propia OTAN, cuyo secretario general considera que, en efecto, España contribuye poco (apenas un 1,3% de su PIB).


En cifras absolutas - no porcentuales -, España envía todos los años 3.200 soldados a diferentes misiones internacionales pero está claro que tanto en la OTAN como en Washington e incluso en Bruselas, se espera mucho más. Ya hay países de la UE que se han comprometido a llegar al 3% de su PIB y exigen que los demás miembros de la Unión realicen el mismo esfuerzo.


El problema radica en que los Gobiernos de los países europeos que no cumplen con sus compromisos en Defensa conjunta piden que sea un gasto asumido por la Unión y no por cada País. Pero desde Bruselas lo descartan como también la propuesta española de emitir bonos de deuda para invertir en Defensa.


El Gobierno español propuso también usar los fondos de rescate de la UE o del Banco Europeo de Inversiones, incluso el dinero que se le congeló a Rusia de sus cuentas en territorio de la Unión (en esto último de acuerdo con los polacos). Pero no cuela, porque independientemente de que esto se haga, en Washington piden ese incremento del gasto en Defensa de cada País.


El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, insinuó que cada Gobierno debería reajustar sus presupuestos nacionales y si han de recortar en otros capítulos del gasto público para destinarlo en Defensa, deberán hacerlo.


Por otro lado, Trump opina que Europa ha puesto aranceles desproporcionados a los productos comerciales de los Estados Unidos, por lo que ha decidido pagarles con la misma moneda. Para el presidente estadounidense, el IVA es un arancel aunque en la Unión Europea no lo ven así.


El IVA es un impuesto que se aplica a cualquier cosa que se comercie en la UE, incluso productos del mercado interior. Sirve para sostener a la Unión pero puede convertirse en un impedimento para la competitividad europea. Por ejemplo, las empresas de la UE pagan mucho más por la electricidad (debido a impuestos como el IVA) y otros suministros energéticos que los que aplica el Gobierno estadounidense a las empresas en su País. En China sucede igual, la industria paga menos por la energía que consumen, incluso en Japón, por lo que sus productos son más competitivos que los europeos al ser más baratos.


Como los artículos procedentes de otros países han de pagar también el IVA, dichos Estados lo consideran un arancel. Pero en Estados Unidos hay tasas también al consumo, una especie de IVA, solo que no lo aplica la Hacienda de la Nación sino la de cada Estado o municipio, oscilando entre el 6 y el 9%. Aún así es más económico que el impuesto europeo que llega a ser hasta del 21%.


En la era digital, interesan sobre todo las tasas a los artículos tecnológicos y Washington señala especialmente a varios países europeos: el Reino Unido, Francia, Italia, España y Austria; también se ha referido a Turquía (y naciones más próximas como Canadá).


Trump califica como "economías fallidas" las de los países que intentan mejorar sus resultados exprimiendo a la tecnología estadounidense, lo cual no está dispuesto a permitir.


El presidente de EEUU sabe de los problemas que tuvieron gigantes tecnológicos estadounidenses como Amazon, Apple, Meta o Google con la Unión Europea. El mandatario, que está favoreciendo a los magnates dueños de esas compañías, incluso dándoles altos cargos en su Administración, ha prometido protegerles. Considera que en Europa se abusa de los aranceles y de la regulación excesiva (también otros territorios).

pc portátil con bandera de EEUU en pantalla con un mapamundi detrás y dólares delante

La "tasa Google" es un impuesto que la Unión Europea, Canadá y otros países aplican a las grandes compañías tecnológicas como Google o Meta por difundir noticias a través de sus webs, con la competencia que supone para los medios de comunicación. Mientras Meta bloqueó el servicio para evitar el pago de impuestos millonarios, Gooble llegó a un acuerdo con los editores de medios pagando la tasa pero la considera injusta.


Por otro lado, Trump no traga al presidente español, Pedro Sánchez, al que nunca invitó a la Casa Blanca durante su anterior mandato (2017-21). Solo han hablado unas pocas veces y durante brevísimos instantes.


Llegó a preguntar si España es una nación BRIC, refiriéndose al grupo de países no alineados cuyo bloque principal lo componen Brasil, Rusia, India y China. Otros Estados se les están uniendo sugiriendo Trump que España es uno de ellos.


No está claro si el presidente de los Estados Unidos se refirió a España como nación BRIC de modo sarcástico o porque ciertamente la desubicó, no recordando que forma parte de la Unión Europea.


Es muy probable que recurriera al sarcarmo ya que el presidente español ha visitado en varias ocasiones distintos países BRICs pero no los Estados Unidos durante 2024. Tal vez se deba al desprecio de la Casa Blanca porque ni siquiera Joe Biden le tomó en serio (supuestamente comparten línea ideológica); tardó tres años en invitarle al despacho oval.


En cualquier caso, los empresarios españoles que exportan sus productos a los Estados Unidos temen que la situación les afecte, sobre todo al queso, las empresas vinícolas, el aceite de oliva, el acero y el aluminio.



Las relaciones comerciales entre España y EEUU

cientos de contenedores en un puerto
En realidad, España no exporta demasiado a EEUU

En conjunto, las exportaciones de España a Norteamérica no son tan voluminosas pero sí pueden considerarse significativas. Si analizamos cada sector y región española exportadora, la cosa cambia.


Las exportaciones agrícolas y ganaderas andaluzas a EEUU suponen un 9% de todo lo que exporta Andalucía, aproximadamente. Hablamos de aceite, carne, cereales, azúcar, café, cacao, fruta, hortalizas, tabaco, pienso para animales, productos lácteos, huevos...


De todas las Provincias españolas, las cinco más afectadas, por la subida de aranceles de los EEUU, son andaluzas. Córdoba, Sevilla y Málaga destinan el 15% de sus exportaciones al gigante norteamericano.


Por lo tanto, para el Gobierno de la Comunidad Autónoma española de Andalucía supone un problema pero no tanto para el Gobierno central de España. Las dos Administraciones están gestionadas por formaciones políticas distintas y enfrentadas, con lo que desde Madrid pudieran pasarle la patata caliente a Sevilla, sede del Gobierno andaluz. Si este no torea bien la situación, es posible que le pase factura en las próximas elecciones regionales.


En Madrid ven las exportaciones totales de España y no esperan un fuerte impacto para la economía del País, en su conjunto. De hecho, no llega al 5% de los productos agrícolas, ganaderos y pesqueros lo que España exporta a EEUU.


Otra región afectada es Murcia, pero también la gobierna el principal partido de la oposición en el Parlamento nacional. Ahora bien, Cataluña, que también quedaría tocada, está gobernada por la formación que preside el Gobierno central español.


Habrá que ver como plantean este nuevo escenario de confrontación ya que son miles las empresas afectadas en toda España. La solución: buscar mercados alternativos, siendo los más interesantes México, China y Canadá porque también están enfrentados a los Estados Unidos.


Las multinacionales de España y sus grandes Bancos, que tanto invierten en Latinoamérica, pudieran sentir esa agresividad comercial de Trump. De hecho, en México se asustaron de verdad cuando Trump anunció aranceles del 25% a sus exportaciones hacia el vecino del norte.


Se confía que Bruselas, centro del que parte la política común de la Unión Europea, sepa negociar con USA. Tengamos en cuenta que otros países de la Unión lo tienen peor que España, caso de Francia o Italia, que exportan el 10 y el 7% de sus productos a Estados Unidos, respectivamente.


Se ha podido comprobar que el presidente de Estados Unidos usa las posibles subidas de aranceles como arma de presión: algo así como "si no contribuyes a mantener aquello que nos interese a ambos, te castigaré con un encarecimiento de tus productos comerciales".


Si suben las tasas fronterizas, los precios también, para hacer frente a ese incremento, por lo que los países afectados no solo ven su economía exterior tambalearse, también la interior. Por ejemplo, si empresas que exporten a EEUU se ven obligadas a cerrar, supone más desempleo y con ello una nueva carga para la Seguridad Social (arcas públicas).


En España debiera haber unidad de criterio a la hora de consensuar la política comercial exterior porque algunas Comunidades Autónomas, gobernadas por partidos diferentes al del Gobierno central, sí pudieran verse más afectadas. Sus respectivas exportaciones a Norteamérica son más abultadas con respecto a la media estatal.


Trump no tendrá problemas en ponerles aranceles al aceite de oliva por mucho que España sea la principal productora mundial. Basta con importar más aceite de países con cuyos Gobiernos se lleva bien, como Argentina, principal nación exportadora de Sudamérica.

embotelladora de aceite de oliva

Así que España no puede presionar porque tiene muchos competidores que le ganarían terreno en los pocos sectores en los que destaca.


Nuestro país es también potencia vinícola y muchos de sus "caldos" se exportan a los Estados Unidos. Trump amenaza con un desorbitado arancel del 200%. Volvemos al problema señalado anteriormente.


Comunidad Autónoma de Castilla-León aglutina la quinta parte de las bodegas españolas pero está gobernada por un partido político diferente al del Gobierno central, de hecho el principal de la Oposición (como Andalucía).


¿Protegerán desde Madrid los intereses vinícolas de los castellanoleoneses o le pasarán el problema a su Gobierno regional? Sería una forma de desgastar la confianza de los ciudadanos en esa formación política. Después, los socialistas llegan con soluciones (como, por ejemplo, subvenciones) y consiguen esos votos.


Confiemos en que la Administración Central española sepa estar a la altura y defienda el comercio de todas y cada una de las Comunidades Autónomas, sea el partido que sea el que las gobierne. Porque el problema es de índole nacional, no regional.


Las asociaciones de viticultores de España y de Europa ven MERCOSUR como una oportunidad interesante, alternativa en el caso de que se pierda el mercado estadounidense. Se trata de un acuerdo entre la Unión Europea y varios países sudamericanos (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) para un comercio mutuo con menos aranceles ni tantas regulaciones.


Si el Gobierno no "espabila" muchas empresas españolas pudieran afincarse en países amigos de Donald Trump para poder exportar sus productos sin temor a los aranceles desorbitados.


El petróleo que nos llega procede de Norteamérica, en su mayor parte, casi un tercio del total, incluyendo no solo EEUU sino también México y Canadá. Estos dos últimos Estados fueron los primeros que sufrieron la ira de Trump al amenazarles con una subida inmediata del 25% de los aranceles, hasta que han cedido. Sin embargo, al comprobar que desde Washington continúan con las amenazas, han lanzados sus contramedidas.

Plataforma petrolífera en el mar
La UE consume mucho petróleo de EEUU

Canadá es la novena potencia económica mundial. Se posiciona del lado europeo buscando una estrategia común para hacer frente a las amenazas de Trump quién no se da cuenta de que si no se informa mejor, esta "locura" pudiera pasarle factura. Así se lo han hecho saber los tres principales fabricantes de automóviles de los Estados Unidos que le rogaron que aplazara la subida de aranceles porque les coloca en desventaja.


Tengamos en cuenta que muchos de los componentes que les llegan a las fábricas en Detroit, centro neurálgico de la industria del Automóvil de EEUU, proceden de México y Canadá. Por lo tanto, si se les suben aranceles se encarecen los precios de los vehículos perdiendo competitividad.


Si un gigante como Canadá se ve afectado imaginemos que puede hacer España que está en el puesto 15º de las principales economías del Mundo.


De nada sirve que el diario The Economist considere a España la economía con mejor desempeño del planeta salvo que el Gobierno aproveche la buena publicidad para atraer inversores. Sin embargo, no olvidemos que entre éstos últimos, los procedentes de los Estados Unidos suelen ser los más solventes.


Esperemos que los asesores de Trump le recuerden que más de cuatro millones de conciudadanos suyos visitan todos los años España como turistas. Por otro lado, es uno de los motivos por los que nuestro País no debe entrar en esta guerra comercial, pues perdería millones de visitantes que dejan divisas.



¿Puede permitirse EEUU una guerra comercial?

Estatua de la libertad

Pudiéramos decir que USA es la única superpotencia real y lo es en todos los ámbitos: económico, tecnológico, militar, energético e incluso político, a pesar de las excentricidades de Donald Trump. En cambio, la UE sería una gran potencia sin el "super".


A pesar de las regulaciones en materia laboral en el territorio de la UE, alcanzando también a España, un trabajador estadounidense produce un 16% más, de media, que uno europeo. Algo difícil de encajar para los europeos habida cuenta de que en EEUU los trabajadores no están protegidos de forma tan amplia como en España y resto de la Unión.


Atrás quedaron aquellos tiempos (antes de la crisis global de 2008) en los que la UE y Estados Unidos eran dos superpotencias económicas casi a la par. Pero la dependencia europea de los países productores de petróleo y gas ha dejado desbancada a Europa.


Ahora bien, no solo es que en Norteamérica haya más recursos energéticos. La cultura estadounidense supera a la europea en materia de innovación. Allí, si tu idea es buena no faltarán quiénes te la compren, a diferencia de España e incluso potencias como Alemania, otrora ejemplo de emprendimiento.


Europa siempre ha sido orgullosa, creyéndose los mejores en todo por tener más experiencia gracias a su rica Historia pero eso colaría antes, no en la actualidad. No puedes estancarte creyendo que el mundo avanza por sí mismo, lo que en Estados Unidos es impensable. Allí todo se dinamiza y mueve continuamente.


Un ejemplo del orgullo europeo es el ámbito de la educación superior presumiendo de contar con las mejores universidades cuando las estadounidenses superan desde hace tiempo a las europeas sin vanagloriarse por ello. Incluso las chinas son mejores universidades que las europeas. Su sistema pasa por ofrecer becas a los talentos jóvenes antes de que se desperdicien mientras que en Europa ponen mil y una trabas. Digamos que EEUU son más prácticos mientras que la UE se ahoga en teorías banales que no conducen a nada.

estudiantes universitarios

Si decenas de miles de estudiantes norteamericanos se matriculan en universidades europeas (21.000 en España) es porque encuentran formación superior de calidad a menor precio que en su propio país. Es otro de los inconvenientes de entrar en una guerra comercial con Estados Unidos, que se perderían cientos de millones de euros procedentes del dinero que dejan esos estudiantes en España.


Los universitarios estadounidenses prefieren el Reino Unido e Italia pero colocan a España por delante de países como Francia o Alemania. El "boca a boca" de los 43.000 alumnos/as procedentes de los Estados Unidos que realizan intercambios en Verano, alabando las ciudades y gastronomía españolas, colocan a nuestro país entre sus preferidos.


Cierto que la política proteccionista de Trump cerrándose al Mundo puede provocar que muchos estudiantes americanos (no estadounidenses) y asiáticos escojan las universidades de España si se les ponen trabas con sus visados en EEUU.


Tal vez, incluso, no afecte tanto porque no hay feeling entre Donald Trump y el sistema universitario porque el mandatario lo considera un "criadero" de disidentes hacia su política ultraconservadora. Por lo tanto, puede continuar el flujo de estudiantes hacia Europa, a pesar de los condicionantes impuestos por el presidente Trump.


Uno de los grandes males europeos (y de España) es la enorme burocracia para cualquier proyecto lo que en Estados Unidos se agiliza notablemente. Resultado: los mejores se marchan y muchos de ellos a EEUU.


En España, como en el resto de Europa, se ve al liberalismo como peligroso ya que excluye la protección social, o es lo que se cree, lo que no es del todo cierto. No es lo mismo que dicha protección sea materia exclusiva del Estado a que, para su sostenimiento, se comparta con entidades privadas.


Así que en la UE no hay término medio: o eres conservador o eres progresista salvo que pases de todo eso, lo que cada año incluye a más personas que se desencantan de la política.


Comprobamos en España (y en Europa) como se tiende al radicalismo, ya sea de derechas, ya de izquierdas, dando lugar a que un amplio sector de la población no quiera saber nada huyendo del extremismo. Por esta razón, desde 2008 no se supera el 72% de participación en unas elecciones generales, por ese desencanto ciudadano. En cambio, en Estados Unidos, todo es mucho más flexible y pragmático si bien la participación allá es incluso menor que en España.


Como en EEUU nunca se ha pasado del 66% de participación en unas elecciones presidenciales no pueden permitirse que haya vacíos de poder debido a tan poco interés por la política como muestra el ciudadano estadounidense.


Si en un Estado gana uno de los dos grandes partidos se lleva dicho Estado, aunque sea por un solo voto de diferencia. La idea en Washington es que el Gobierno que salga de las urnas cuente con mayoría absoluta y suficiente margen de maniobra. En España, en cambio, se dan casos surrealistas de Gobiernos débiles con coaliciones inestables que paralizan el País al no poder sacar adelante proyectos, por no contar con mayoría parlamentaria. Sucede también con Alemania, la locomotora europea.



Los retos de Europa y el peso de España

Puzzle con la bandera de la UE
La UE es hoy la Desunión Europea

La economía española ha crecido por encima del 3% con respecto al año anterior. En cambio, grandes potencias como Alemania ven como sus números son negativos y así llevan dos años.


A pesar de enfrentarse a Rusia apoyando a Ucrania, lo cierto es que tanto Alemania como gran parte de Europa dependen del suministro energético ruso.


Alemania en concreto renunció a la energía nuclear al considerarla muy peligrosa por lo que ha tenido que buscar otros países proveedores de gas lo que ha supuesto inflación y crisis energética. Con un suministro caro, los precios de lo que se produce son más altos. Es algo que afecta sobre todo a la industria automovilística y a la farmacéutica, sectores en lo que Alemania despunta, pero menos que antes debido a la competencia oriental.


El Estado chino subvenciona la producción de vehículos eléctricos lo que en Europa no puede hacerse porque los presupuestos nacionales no lo permiten.


Que la economía española crezca no se refleja en la recuperación del desempleo cuya tasa de paro sigue siendo la más elevada de la Unión Europea. De ahí que debe andarse con cuidado el Gobierno español con respecto a los pasos que da en sus relaciones con Estados Unidos porque una guerra comercial empeoraría las cifras de parados.


La Unión Europea debiera dejar de lado su intención de convertirse en una entidad política compacta, porque es casi imposible ya que los Gobiernos nacionales son de distinto color con lo que no hay acuerdos unánimes en casi nada. Más debieran volcarse en volver a la razón de ser inicial, cuando se creó esta organización supranacional: convertirse en un verdadero mercado único europeo.


Hay que devolver la iniciativa a la empresa privada, dejando la intervención estatal para lo que verdaderamente lo requiera, colocanco la protección del ciudadano como eje principal.


Se puede hallar un equilibrio entre la industria y la conservación del Medio Ambiente pero hasta ahora solo hay palabrería sin una política ecológica verdaderamente efectiva que no afecte a la economía. No se puede ser competitivo si todo está hiperregulado dando lugar a una burocracia excesiva que ralentiza el crecimiento.


La Unión es más bien la desunión Europea pues no tiene una estrategia exterior común

Si se protegiera a la iniciativa privada y no que se la somete a una gran carga fiscal, en Europa habrían conseguido adelantarse a China y Estados Unidos en la carrera por la Inteligencia Artificial. En cambio, la aplicación de IA que más se descarga en España es la china DeepSeek, que le hace la competencia en todo el Mundo a la estadounidense ChatGPT.


¿Cómo puede competirse con empresas tecnológicas cuyos costes de producción son mucho menos elevados? Los productos chinos gastan menos recursos energéticos y son más eficientes. Si a los Estados Unidos les cuesta cogerles el paso, la Unión Europea lo tiene verdaderamente complicado si no cambia su planteamiento.


La Defensa europea ha de solucionarse cuanto antes ya que todo indica que Trump va en serio en ese aspecto de la política en materia de seguridad internacional. Así lo ven las principales potencias europeas que ya se presionan entre ellas y al resto de naciones de la Unión para que aporten más de sus respectivos presupuestos.


Trump le ha tendido una astuta trampa a la Unión Europea: ¿queréis seguir contando con nuestra protección? Pagad por ella (lo que no hacían antes) o gastad en vuestra propia Defensa. Como esto último va a ser difícil, ya que ni se llega a un acuerdo común ni se tiene capacidad económica para conseguir ese objetivo, al final pagaran a los Estados Unidos por que la OTAN continúe en suelo europeo.


A la UE le tocará buscar recursos para mantener su defensa militar fuerte ante posibles agresiones externas, sin dejar de lado la amenaza terrorista que siempre acecha.


Se requiere de un enfoque multidisciplinar en el que participen no solo las Fuerzas de Seguridad sino que habrá que implicar también a los ejércitos de los Estados miembros de la Unión. Pero no todos están por la labor, como sucede con otro problema acuciante, el de la inmigración irregular: la forma en la que la afrontan ni es solidaria ni responde a criterios comunes.


Luego tenemos la necesidad de equilibrar las relaciones con el gigante chino. Nos guste o no su régimen político autocrático, son la segunda potencia mundial y estamos condenados a entendernos con ellos. Una guerra comercial con Pekín pasaría factura a Europa de modo impactante, peor incluso que con los Estados Unidos.


A Bruselas le tocará la humillación de pedir disculpas a Moscú vistas las buenas relaciones entre Putin y Trump. Solo se podrá evitar si la Unión se deja de tantas pretensiones políticas y pasa de nuevo a ser la Comunidad Económica Europea que nunda debió dejar de ser. Cada Estado que lleve a cabo su propia política exterior (en la práctica así es) pero que haya una estrategia común en materia económica y de seguridad ciudadana.


Los próximos años nos mostrarán si la Unión Europea es capaz de encontrar su lugar en el Mundo del siglo XXI o sigue anclada en su pretendido liderazgo moral de tiempos pasados sin cabida ni razón de ser en los tiempos actuales.


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