La Historia de nunca acabar en el bucle de Oriente Medio
El conflicto en Palestina, extendido al Líbano, pareciera eterno. Como una maldición de la que la población civil no consiguiera zafarse.
Los Gobiernos de algunas potencias critican a Israel de cara a la galería pero por detrás hacen negocios con el Estado hebreo. Con los países islámicos implicados igual: que si son dictaduras, que si venden armas a organizaciones terroristas, pero se les compra petróleo.
Se critica mucho a la ONU pero esa entidad poco puede hacer más allá de lo que hace: mandar misiones de cascos azules (soldados) para garantizar la seguridad de los civiles, lo que a duras penas consiguen.
Índice
Yenín, símbolo de la sinrazón
Con motivo de la guerra en Gaza, en 2023, el campamento de refugiados de Yenin volvió a ser atacado, muriendo ocho personas. Las infraestructuras de agua corriente y electricidad quedaron destruidas. La Historia se repite.
El gobierno de Ariel Sharon (2001-06) fue terrorífico para los palestinos. Hubo episodios no esclarecidos como la matanza en el campamento de Yenín, en 2002, con decenas de muertos y cientos de heridos.
No se supo a ciencia cierta lo sucedido en aquel lugar porque los soldados israelíes impidieron la entrada a los periodistas y funcionarios de la ONU.
Se sabe cómo quedó el campamento por el testimonio gráfico de cooperantes de Human Rights Watch y Amnistía Internacional que entraron cuando el ejército lo permitió. En la batalla previa murieron 23 soldados.
No estamos hablando de Gaza. Yenín se halla en Cisjordania donde las Brigadas de Jerusalén luchan contra las fuerzas israelíes. Se trata del brazo armado de la Yihad Islámica. La veréis en distintos medios con la denominación "Brigadas al-Quds", usando el nombre árabe de Jerusalén.
Se fundaron en Gaza extendiendo el conflicto a Cisjordania, en especial en torno a Yenín, pero lanzan también cohetes desde el sur contra ciudades israelíes como hace Hamas.
La Media Luna Roja comunicó que miles de palestinos han sido evacuados de Yenin y eso que el Gobierno de Israel declaró que su intención no era continuar su campaña bélica en Cisjordania.
Lo que sucede es que algunos miembros de grupos terroristas se refugian en los campamentos, lo que muchos refugiados desconocen o callan por miedo.
En el canal de Telegram de las Brigadas Al-Quds se puede ver como atacan patrullas militares israelíes en campamentos de refugiados palestinos, con lo que los terroristas ponen las vidas de los civiles en peligro. Usan a los refugiados como escudos humanos.
La Brigada de Jenín surgió en 2021, con el estallido de la Cuarta Intifada, considerándose un movimiento de "resistencia" contra las fuerzas de ocupación de Israel. Sin embargo, sus continuos atentados motivaron la incursión del ejército en Yenin.
La Cuarta Intifada se acordó al mismo tiempo en Cisjordania, en Jerusalén Oriental y en Gaza. Se difundió el manifiesto titulado “Dignidad y Esperanza” que llamaba a manifestarse incluso a los palestinos que vivieran en el exterior.
Al año siguiente (2022), los israelíes contrarrestaron con la Operación “Romper la Ola”. ¿Por qué ese nombre? Por la ola de revueltas palestinas a las que llamaban “habbat sha’biyya”, que significa levantamientos populares.
Dos años después, los Gobiernos de Turquía, Qatar, Egipto, Jordania y Arabia Saudí solicitan a la ONU que intervenga para que cese lo que consideran una clara violación de los derechos humanos por parte de Israel. Se refieren sobre todo a los campos de refugiados donde entran los soldados produciéndose muertes como el de Yenín, en Cisjordania.
La ONU lo tiene muy difícil en Gaza
En Gaza se llevan la peor parte. Un ejemplo dramático es el campamento de Jabalia. Sufrió continuos bombardeos en octubre de 2024, siendo especialmente virulento el del día 18, con 33 muertos y 70 heridos. Las cifras las proporciona el Ministerio de Salud de Gaza controlado por Hamas, con lo que se deben coger con pinzas pero sin duda los daños personales y materiales son devastadores.
Apenas llega combustible (lo poco que llega se lo queda Hamas) y las comunicaciones son deficitarias con los servicios sanitarios colapsados.
Israel, al no permitir una distribución adecuada de las ayudas humanitarias, lo único que consigue es darle poder a Hamas pues se quedará con todo lo que llega y lo repartirá según su conveniencia. Y si no son los de Hamas lo harán los jefes de los distintos clanes con lo que imaginad los abusos que habrá.
Las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) debieran organizar la entrega de alimentos, fármacos y material complementario como mantas, ropa y demás, protegiendo los puntos de reparto. Pero aún así, es difícil impedir que los jefes de clanes (armados) no se hagan con los enseres para después usarlos en su beneficio. Es lo que sucede cuando una población queda desamparada tras una catástrofe o asolada por una guerra.
Lo ideal no debiera ser dejar los repartos en manos de las FDI, ya que pueden ser objeto de atentados. Lo más sensato es que un contingente de soldados azules de la ONU se ocupe, lo que sucede es que Israel no lo permite. Deja que entren ONGs pero no tienen suficiente protección en un territorio en el que ahora impera la ley del más fuerte.
Así que lo único que puede hacer la Organización de las Naciones Unidas es enviar observadores que toman nota de lo que ven, lo que también Israel dificulta. Los funcionarios que la ONU tenía en Gaza, la mayoría voluntarios palestinos, se han visto en medio del conflicto muriendo decenas de ellos.
Muchos gazatíes reconocen que con Hamas, al menos, había cierto bienestar y orden público, aunque se tratara de un régimen autocrático. Pasa lo mismo con todas esas dictaduras que han caído en otros países árabes.
Por ejemplo, en Irak muchos ciudadanos creían firmemente que con Sadam Hussein estaban mejor, porque aunque fuese un dictador mantuvo el orden y no que al ser derrocado se originó una guerra civil y surgió el ISIS, que impuso una teocracia terrorífica.
En Gaza tenían trabajo con sueldos precarios pero había para comer y servicios públicos, en cambio ahora los camiones con ayuda humanitaria llegan a las fronteras egipcia y jordana y allá se quedan. Nadie garantiza la seguridad de los transportistas una vez se aventuren por las peligrosas carreteras gazatíes.
Es tal el hambre que los habitantes se pelean por lo poco que encuentran. Por otro lado, se organizan grupos para acumular bienes y aprovecharse de los necesitados que se ven obligados a cumplir sus deseos, por depravados que sean, para tener algo que llevarse a la boca y alimentar a sus hijos.
El colapso del Líbano
El caos circulatorio de miles de vehículos huyendo despavoridos hacia la frontera con Egipto en Gaza o al norte en el Líbano escapando de los misiles israelíes hace que las carreteras se saturen.
En Líbano están atemorizados porque creer que correrán la misma suerte que los gazatíes, no dándoles tiempo a recoger sus enseres los ciudadanos afectados por los bombardeos y marcharse a otro lugar.
Beirut está colapsada pues todo el mundo llega para quedarse (sin saber dónde, muchos a la intemperie) o como escala para continuar hacia el norte. Pero Beirut también está siendo bombardeada con lo que se han acondicionado los centros escolares para dar cobijo a las personas desplazadas.
Aunque los objetivos militares de Israel se supone que son las infraestructuras bélicas de Hezbolá, irremediablemente se verán afectadas las instalaciones civiles. Los milicianos (terroristas para Israel y otros países) tienen sus arsenales junto a edificios de vecinos.
No solo los arsenales, también sus baterías antiaéreas y lanzamisiles se hallan cerca de poblaciones, lo mismo que hacen los de Hamas, convirtiendo a los habitantes de la Franja de Gaza y del Líbano en escudos humanos involuntarios.
En el vídeo anterior, difundido por las FDI, las autoridades israelíes explican cómo Hezbolá esconde sus misiles en las viviendas. YouTube permite cambiar el idioma de los subtítulos (ruedecilla-subtítulos-traducir automáticamente).
Por lo tanto, hay daños colaterales: fincas de ganado y agrícolas, centros sanitarios o ambulancias que se desplazan a los lugares bombardeados atendiendo a los heridos, efectivos de los bomberos, etc.
Beirut aún se estaba recuperando de la tremenda explosión en el puerto, en 2020, que mató nada menos que a 191 personas y dañó a miles de edificios cercanos. Un depósito de nitrato de amonio estalló por no contar con las medidas de seguridad adecuadas.
La ciudad fue una joya en los años 60 con locales de ocio y restaurantes por doquier que hacían las delicias de los visitantes junto a los numerosos edificios históricos que convertían Beirut en un destino turístico de primer orden.
Ya nadie recuerda cuando Beirut fue un centro financiero internacional. Nada que ver con la situación actual de grave recesión económica de todo el País. De aquel esplendor de antaño apenas queda nada. Eso sí, continúa siendo crisol de diferentes culturas porque confluyen refugiados sirios con colaboradores de ONGs.
Nadie se atreve a ir a una cafetería o a coger un taxi por temor a ser alcanzados por un bombardeo israelí.
Aún con la crisis económica, se intentaba relanzar la imagen internacional de Beirut para captar inversores con eventos tales como el certamen de Miss Turismo Universo, que en 2024 ha ganado la venezolana Maurieth Cubillán.
La modelo dijo en sus cuentas de redes sociales que agradecía a la gente del Líbano su amabilidad, pero lo cierto es que la mayoría de la población civil no está al tanto de acontecimientos como ese. Su preocupación principal ahora es sobrevivir.
Las potencias occidentales les han recomendado a sus conciudadanos que se vayan lo antes posible. Mientras, Israel se adentra en el territorio con sus tanques desde los Altos del Golán, muy cerca del conflicto.
El origen del conflicto actual
Ariel Sharon, un general israelí retirado metido a político, se presentaba a las elecciones de 2001 y un año antes ya estaba haciendo campaña liándola. Era muy respetado en su País por haber luchado en las cuatro guerras arabo-israelíes.
En el partido ultraconservador LIKUD continuó defendiendo la idea del “Gran Israel” pero desde una perspectiva militar, no religiosa. Se le acusó de ser el que favoreció la matanza de refugiados palestinos en campamentos del Líbano, en 1982, siendo Sharon ministro de Defensa, cuando Israel invadió ese país persiguiendo a los de la OLP.
Tan atroz fue la masacre que se vio obligado a dimitir. Ni los suyos querían saber nada de él pero poco a poco recobró su influencia gracias a sus antiguos contactos y su prestigio militar.
A finales de los 90, Netanyahu (en su primer mandato como gobernante) confía de nuevo en él nombrándole ministro de Asuntos Exteriores.
Para 1999, Sharon ya era el líder del Likud. Siempre fue contrario a la creación de las Franjas Palestinas ya que suponía echar a los colonos israelíes de esos territorios.
Los laboristas (partidos de izquierdas) estaban a favor de potenciar las relaciones con los palestinos encaminándose hacia el doble Estado Israel-Palestina en el que unos y otros convivieran en paz como ciudadanos de una misma nación. Cada pueblo tendría sus peculiaridades, pero compartirían un destino común.
El primer ministro laborista Ehud Barak, un héroe de guerra (el militar más condecorado de la Historia de Israel) retiró las tropas del sur del Líbano durante su mandato, entre 1999 y 2001 y firmó la paz con Siria. Pero Sharon, su contrincante político, no tuvo mejor cosa que hacer que pasearse por la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén, con su escolta militar, lo que para los musulmanes fue un insulto.
La sociedad israelí se sentía amenazada por la ola de atentados de grupos terroristas de origen palestino por lo que votaron en masa a Sharon en las elecciones de 2001 viendo en el veterano militar la solución a ese grave problema de seguridad ciudadana.
No dudó el ya primer ministro en hacer incursiones militares en las Franjas Palestinas con la excusa de que buscaba terroristas que ciertamente se escondían en esos territorios, aunque otros ya se habían marchado al extranjero.
Yasser Arafat se quedó solo puesto que se vio incapaz de frenar a Sharon que no quiso mediar con él por lo que perdió su influencia entre los palestinos que ya no le veían como un interlocutor ni un líder útil.
Desde los tiempos de Arafat y Sharon, el conflicto palestino ha ido a peor con otras dos Intifadas de por medio.
Curiosamente, Netanyahu ha gobernado en estos 23 años desde aquella Segunda Intifada nada menos que catorce años.
Creyó que debilitaría a la Autoridad Nacional Palestina como hizo su amigo Ariel Sharon en su época pero éste sencillamente les ninguneó. Netanyahu, en cambio, aplicó el principio "divide y vencerás", apoyando a Hamas frente al otro gran partido palestino, Al Fatah. Gran error que nos ha llevado al desastre actual.
La evolución de Hamas
Las FDI acabaron con Yahya Sinwar en los enmarañados túneles de Gaza, donde se escondía. Era el líder de Hamas en la Franja Palestina o de lo que queda de esa organización.
Es quién lideró la masacre del siete de octubre por lo que su cabeza se pagaba cara lo cual él sabía y por ello mantenía escondidos a las decenas de rehenes israelíes que aún siguen secuestrados.
Los jefes de Hamas que aún quedan en pie creerán que son su seguro de vida para poder canjearlos por su libertad o usarlos como escudo humano.
Atrás quedaron los tiempos en los que contaban con decenas de miles de “soldados”, cientos de ellos especializados, así como un gran arsenal de drones armados y cohetes.
Hamas se constituyó en 1987 como una organización político-religiosa o como lo llaman algunos historiadores y analistas: islam político.
Los Hermanos Musulmanes son los que les “prestaron” su doctrina religiosa. Pero, ¿quiénes son estos tipos?
Su fundador y principal ideólogo, Hassan al-Banna, creo esa sociedad en 1928 buscando la independencia de Egipto del Imperio Británico ya que aún no era total (se proclamó en 1925). Su objetivo prioritario era eliminar las injerencias extranjeras y conseguir un Gobierno islamista pues consideraba que el Islam daba soluciones a todos los problemas políticos.
Comprobado su éxito en la primera mitad de los años 30 en Egipto, en el que se expandieron creando escuelas (y mezquitas), centros de salud e incluso empresas con las que se financiaban, pusieron sus miras en Palestina. Colaborarían con el bando árabe que combatió a los israelíes en la primera guerra que les enfrentó. Eso sucedía en 1948.
Las sucesivas derrotas de los países árabes contra Israel y la creación de las Franjas Palestinas de Cisjordania y Gaza no frenó a la SHM (Sociedad de los Hermanos Musulmanes) que continuaron influyendo en estos territorios.
En los años 80 tenían tal fuerza, con su red de hospitales, mezquitas y escuelas, que solo faltaba crear un partido político para imponerse en la OLP (Organización para la Liberación de Palestina). La oportunidad llegó en 1987 con la Primera Intifada o revuelta palestina contra Israel dando lugar a la creación de Harakat al-Muqawama al-Islamiya (Movimiento de Resistencia Islámica), más conocido por sus siglas: HAMAS.
El fundador fue Ahmed Yassin, quién militaba en la SHM como alternativa a la YIP (Yihad Islámica Palestina), el otro gran grupo de “resistencia” contra Israel desde hace décadas.
Yassin amenazó a Israel (gran error): le asesinaron en 2004.
En su carta fundacional, Hamas declara que su objetivo principal es crear una sociedad palestina regida por el Islam destruyendo Israel pues lo consideran un Estado artificial.
Yasser Arafat, el histórico líder de la OLP, se mostraba como un socialista que adoptó las ideas del movimiento panarabista pero desligándolo de la religión. El jeque Yassin criticaba esa postura ya que creía que la respuesta a todo estaba en la Sharía o Ley Islámica. Por lo tanto, no era necesaria una Constitución para el Estado palestino sino la imposición de los preceptos islámicos.
Lo curioso es que Israel, en realidad, tampoco tiene Constitución. Como lo acabáis de leer.
Un Estado que presume de ser la única democracia de la región, rodeado de regímenes autocráticos, carece de una Carta Magna, como la de todos los países democráticos. Y ocurre porque la mayoría de los judíos continúa pensando que son el pueblo elegido por Dios. Por lo tanto, no se atreven a promulgar una Constitución porque sería una normativa humana que pondría entredicho las leyes de Dios recogidas en el Tanaj o Biblia Hebrea.
Pero en Israel, al menos, existen las Leyes Fundamentales que son lo más parecido a una Constitución, sin serlo, hallando así una fórmula intermedia para abrazar la democracia sin molestar a los poderosos ultraortodoxos.
En cambio, tanto Hamas como la mayoría de los regímenes araboislámicos son dictaduras.
¿Por qué tuvo tanto éxito Hamas? Porque los líderes de la OLP ni siquiera estaban en Palestina sino desterrados en Túnez, a salvo de los israelíes. En cambio, los de Hamas les combatían incluso en Jerusalén así que se mostraban como héroes del Islam que luchaban contra los malvados infieles. Los jefes actuales se acomodaron y viven lejos del conflicto, rodeados de lujos, en Qatar y otros países.
La figura de Arafat pesaba mucho por su popularidad en todo el mundo árabe y la comunidad internacional con lo que no terminaban de hacerse oir. La situación cambió cuando Hamas da un nuevo paso: crean la Brigada de Ezzeldin al-Qassam, su brazo armado.
Rechazaron los Acuerdos de Oslo que se firmaron buscando la paz entre palestinos e israelíes, en 1993, siendo sus representantes el propio Yasser Arafat y el que por entonces era el primer ministro israelí, Yitzhak Rabin. Ahí es cuando nacen las Franjas de Cisjordania y Gaza con Gobiernos autónomos coordinados por la Autoridad Nacional Palestina.
Para el jeque Yassin suponía poco menos que un sacrilegio lo que había hecho Arafat reconociendo al Estado de Israel a cambio de que en Tel Aviv hicieran lo mismo con respecto a las Franjas Palestinas. Así que Hamas inició su campaña de terror a través de la Brigada de Ezzeldin al-Qassam.
Sus numerosos atentados le confirieron el estatus de organización terrorista pero la corrupción en torno a la ANP hizo que un amplio sector de la población palestina apoyara a los de Hamas a quiénes veían como unos valientes y honestos activistas.
Arafat era el presidente no solo de la Autoridad Nacional Palestina sino también del partido Al Fatah. Esta formación vio como su popularidad decrecía por las sospechas crecientes de corrupción y su complicidad con los israelíes. Digamos que se mantenían en el poder gracias a que desistieron en sus reivindicaciones de crear un único Estado Palestino unificado. A cambio, Israel les respaldaba.
Como hemos visto antes, Arafat se convirtió en un fantasma cada año más solo en su residencia oficial. Era más un símbolo que algo real, tangible, al que perdirel soluciones, menos aún desde que Sharon le tuvo arrinconado.
El tiempo pasó, con las Intifadas recrudeciendo el conflicto, llegando a los terribles sucesos del siete de octubre de 2023, fecha aciaga para los israelíes. Fue cuando el Mundo descubrió la verdadera cara de Hamas.
Por tierra, mar y aire asaltaron las comunas o kibutz, mientras aún dormían, además de un gran solar donde se celebraba una fiesta rave.
Mataron a sangre fría a cientos de personas secuestrando a otros muchos. Al estilo del ISIS, desmembraban los cadáveres y los exponían para que lo viera la población y los soldados que llegaran en su rescate. De hecho, iban preparados por si el ejército israelí salía a su encuentro.
Los terroristas portaban lanzagranadas, fusiles de asalto, chalecos antibalas y una enorme cantidad de munición, así como lanzacohetes.
En una operación combinada con Hezbolá, éstos últimos lanzaron al día siguiente del ataque numerosos cohetes sobre las ciudades del norte de Israel, interceptados la mayoría por el escudo antimisiles “Cúpula de Hierro”.
Tan atroz fue la matanza perpetrada por Hamas que las FDI no han perdonado, entrando en Gaza y arrasándolo todo.
Más de la mitad de los efectivos de Hamas han caído en combate o víctimas de bombardeos israelíes
En Gaza el desconcierto es total y lo que antes fue una organización perfecta ahora son un cúmulo de células desconectadas que intentan sobrevivir buscadas por los soldados israelíes. Aún así, continúan siendo miles los terroristas que conforman esos comandos.
El Gobierno israelí ha castigado severamente a una población que ya sufría los efectos de la dictadura de Hamas. Los líderes de la que se considera a sí misma como milicia político-religiosa y no una organización terrorista no tienen reparos en sacrificar a los gazatíes si con ello consiguen debilitar a Israel. Pero no lo consiguen porque el Estado judío tiene demasiado poder e influencia internacional como para resultar fácil acabar con ellos.
Lo que queda de Hamas usa sus armas para realizar rapiñas y obligar a quiénes quieran comer a enrolarse en sus maltrechas filas y combatir a los soldados israelíes.
La estrategia fallida de Netanyahu
¿De veras hay quien piensa que Netanyahu pudiera estar preocupado porque la ONU le condene o haya Gobiernos que le señalen como criminal?
Un tipo al que la Corte Penal Internacional le busca por crímenes de guerra tras la denuncia del Gobierno sudafricano y en cambio se pasea por el Mundo como si nada.
Ni siquiera la todopoderosa EEUU le convence de echar el freno y parar la masacre no solo en Gaza, también la perpetrada en el Líbano de la que aún queda por ver episodios dramáticos.
El Gobierno español perdió su oportunidad de mediar en el conflicto en el momento en que criticó de forma tan contundente a Netanyahu. Para el mandatario israelí, que el presidente Pedro Sánchez le echara en cara, en su propio país, su incursión militar en Gaza cuando aún estaba tan reciente la atroz matanza de sus conciudadanos a cargo de Hamas fue un insulto muy grave.
Pedro Sánchez, lejos de rectificar, ha ido hacia delante pidiendo, junto con el Gobierno egipcio, que la ONU aplique la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, dictada en 2006. Aquel año tuvo lugar la anterior guerra entre Hezbolá e Israel, con 1.250 libaneses muertos y 165 israelíes.
La resolución de la ONU se llevó a efecto retirándose las tropas de Israel, cesando el conflicto y desplegándose los cascos azules por la zona. Sin embargo, se pedía también que, con el tiempo, Hezbolá se desarmara, lo que no ha sucedido. El Líbano debía contar con un único ejército nacional, quedando la "milicia" libanesa desmantelada, pero eso era entonces (como lo es hoy) impensable.
Tampoco está claro si el Gobierno de Israel tiene algún plan para Gaza. Sabedores de que la suerte de los secuestrados por Hamas cada día que pasa es más incierta, sus familiares han creado una asociación que critica a Netanyahu que haya dado por finalizada la guerra sin haberles rescatado a todos. Y es que, como dije antes, para el primer ministro israelí lo prioritario ahora es conseguir que los desplazados en el norte de Israel, por los ataques de Hezbolá, puedan regresar a sus hogares.
El Gabinete de Guerra que se formó con motivo de la operación militar en Gaza ya se ha desmantelado
Netanyahu podrá ser muchas cosas, pero tonto no es y sabe que es del todo impopular entre sus compatriotas que el conflicto en Gaza continúe por lo que lo da por concluido, pero se ha buscado otro enemigo para justificar que continúe su idea del Gran Israel. Se lo debe a sus colegas ultraortodoxos que le sostienen en el poder.
Su errónea estrategia de aislar a la Autoridad Nacional Palestina desacreditándola para lo que apoyó en su momento a Hamas, por aquello del “divide y vencerás” le ha salido mal puesto que ha sucedido lo contrario.
La muerte de decenas de miles de personas en Gaza, entre ellas miles de niños, ha dado lugar a la mayor oleada de reconocimiento del Estado Palestino en la comunidad internacional.
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