Varios barcos surcan el Mediterráneo recogiendo a personas que migran a Europa, de forma ilegal, aventurándose en la peligrosa travesía marítima que la separa de África
El Ocean Viking y el Open Arms son los dos barcos más conocidos de cuantos rescatan a personas en el Mediterráneo Occidental por parte de ONGs europeas, pero hay otros. El primero tiene capacidad para 300 personas y ya lleva 356 personas a las que ha recogido en los últimos días; es operado por dos ONGs: Médicos sin Fronteras y SOS Mediterráneo. Es el sustituto del Aquarius, que tan famoso se hizo por un complicado rescate anterior, en 2018 y su llegada a España tras no serle permitido atracar en otros puertos del Mediterráneo. Fue retirado porque perdió el apoyo de los Países bajo cuyo pabellón podía navegar, primero la Colonia británica de Gibraltar y después Panamá. Según las ONGs que lo gestionaban, llegó a rescatar a más de 30.000 personas en los dos años que se utilizó para tareas de salvamento marítimo consiguiendo otro barco, esta vez con bandera noruega, de ahí que reciba el nombre de Ocean Viking (los vikingos eran originarios de los Países nórdicos). Precisamente, en su primer misión, partiendo del puerto de Marsella, se ha encontrado con el problema acuciante por el que está pasando.
¿Por qué recogen estos barcos a personas que atraviesan el mar intentando entrar en Europa de forma ilegal? Porque su situación en Libia es muy peligrosa. En julio, un centro de detención en la localidad de Tajoura fue bombardeado. Se trata de un infame lugar financiado en parte por la Unión Europea para que los guardacostas libios tengan donde recluir a quiénes intercepten intentando llegar a las costas europeas con la idea de repatriarles a sus Países de origen. Pero dicho centro de retención (o detención según se mire ya que pueden permanecer en el mismo por tiempo indefinido) ha sido acusado de someter a torturas a los internos o de obligarles a trabajar para militares libios a cambio de libertad, pero sin recibir salario alguno. Es la solución que le ha encontrado Bruselas al problema de la inmigración irregular, crear campos de concentración pagando por su mantenimiento a los Países donde se instalen, aunque nadie controla que hacen los Gobiernos de esos Países con el dinero que reciben de la UE.
Puede entenderse que muchos escapen y paguen a las mafias una segunda cantidad de dinero o se endeuden con ellas por tal de huir de semejante infierno (la primera vez que pagaron fue cuando se marcharon de sus Países, la mayoría aquejados de conflictos bélicos, corrupción, pobreza y terrorismo). Seguramente, cualquiera de nosotros, de vernos en semejante situación haríamos lo mismo aún sabiendo el riesgo que supone atravesar el Mediterráneo. A ellos se lo han dicho otros que lo intentaron anteriormente sin éxito al ser detenidos y repatriados. Pero aún así e arriesgan, tal es su desesperación. Las mafias se aprovechan de ello y les cobran incluso por inexistentes chalecos salvavidas. Finalmente, se apelotonan en rudimentarias embarcaciones, por lo general lanchas de goma con un conductor que suele pertenecer a la mafia que les introduzca en territorio europeo, aunque haciéndose pasar por un inmigrante más si son interceptados. Si no puede acompañarles ningún traficante es uno de los migrantes quién conduce la embarcación sin tener conocimientos para ello por lo que muchos naufragan perdiendo la vida. Recientemente, se produjo la peor tragedia en lo que llevamos de año con 150 personas muertas en un solo naufragio y en total, contando todos los naufragios de 2019, ya van más de 600 muertes según ACNUR mientras que según la Organización Internacional de Migraciones supera la cifra de 840 muertos.
La ONU propone como solución que se evacúen las zonas en conflicto o azotadas por una intensa actividad terrorista y se les reasiente en regiones menos peligrosas, pero para ello se necesitan más cascos azules que los Países no están dispuestos a facilitar o dinero para acondicionar esos lugares donde inicien una nueva vida los migrantes.
Ante la pasividad de los Países europeos, las ONGs envían sus barcos a rescatar a esas personas pero su capacidad es limitada, de hecho el Ocean Viking la ha rebasado con creces y sin embargo no encuentran un puerto donde desembarcar a todos, lo que hasta ahora les ha sido negado. Muchos de los que transportan son MENAS que es el acrónimo que se emplea últimamente para señalar a los menores adolescentes migrantes no acompañados por adultos.
Con respecto al barco Open Arms, lleva a bordo a 151 migrantes, incluyendo una treintena de menores. Todos proceden de Libia y la tripulación solicitó a las autoridades italianas que al menos se permita la asistencia médica de cinco personas cuya situación es difícil por padecer graves dolencias o estar embarazadas; el Gobierno italiano lo ha autorizado y permitido el desembarque de doce personas: las afectadas y siete familiares suyos. El resto permanece en el buque a la espera de que alguno de los Países más cercanos (Italia, Malta y España) autoricen que pueda desembarcar en un puerto. Lo que no contemplan como opción es devolverles a Libia.
Entre los rescatados hay muchos menores y la mayoría dice haber pasado por situaciones de crudeza extrema como torturas o trabajos forzados
ACNUR (la organización de la ONU para los refugiados) ha pedido a la Unión Europea a que habilite alguno de sus puertos para recibir a los dos barcos y permita el desembarque de los 507 rescatados que llevan a bordo, entre los dos, pues se avecina una fuerte tormenta en el Mediterráneo Central que empeorará la situación en la que se hallan de no permitírseles atracar. El Open Arms es el que se haya en una situación más preocupante ya que los migrantes que traslada llevan trece días a bordo y requieren de asistencia inmediata pero el ministro del Interior italiano y vcepresidente del Gobierno, Matteo Salvini, se mantiene en su negativa bromeando con la posibilidad de que marchen a las Islas Baleares donde podrán divertirse. La conciencia humanitaria, afortunadamente, puede aún más que la política y con respecto al bebé, que requería asistencia médica inmediata, el Gobierno maltés autorizó que fuera enviado junto con sus padres y hermano a dicho País donde ya están siendo debidamente atendidos.
El actor Richard Gere se ha sumado a la acción humanitaria del Open Arms dándole resonancia mundial gracias a su popularidad, pero Salvini ya se ha referido a él diciendo que si tan preocupado está que les acoja en alguna de sus mansiones. El fundador y director de la ONG española, Óscar Camps, denuncia que los Gobiernos europeos están actuando en contra de los convenios humanitarios internacionales, incluido el español, que ya ha dejado clara su postura declarando que deben atracar en el puerto más cercano y eso es Italia.
Tampoco Malta, el otro País más próximo, les acepta en su totalidad, solo a los rescatados en aguas de su competencia. Francia, a la que se ha pedido ayuda también, no se compromete. ACNUR solicita que se inicie un procedimiento para repartir a los rescatados por diferentes Países de la Unión Europea.
Algunas asociaciones de extrema izquierda españolas preparan manifestaciones en los próximos días pidiendo a la ciudadanía que practiquen la desobediencia de las normas impuestas por el Gobierno presionando de ese modo para que autoricen la llegada de los barcos a puertos españoles. Por su parte, la ONG Proactiva Open Arms advierte de que si continúa la negativa de los Países europeos, se dirigirán a uno de sus puertos, probablemente italiano, y desembarcarán con todas las consecuencias que ello reporte. El barco alberga a decenas de personas en un espacio reducido con un calor asfixiante y la desalinizadora estropeada por lo que se debe racionar el agua potable, lo que no hace más que empeorar la situación puesto que los ánimos se caldean y la ansiedad aflora. Lo que se ignora, si eso sucede, es cómo se comportarán los militares italianos que tienen órdenes de impedirlo y más con el antecedente del Sea Watch 3, que su piloto Carola Rackett condujo al puerto italiano de Lampedusa, en el mes de junio, desoyendo las advertencias del Gobierno y consiguiendo desembarcar a las 52 personas que había rescatado en el mar. La capitana del barco, propiedad de una ONG alemana, estuvo en prisión tres días hasta que un juez le liberó al considerar que su conducta se debió a la dramática situación en la que se hallaban las personas que había rescatado.
Si el Open Arms decide marchar a Italia con el antecedente judicial del Sea Watch 3, lo peor que pudiera pasarle a la tripulación, tras varios días en una cárcel italiana, es su expulsión del País, con lo que regresarían a España, quedándose el barco intervenido en Italia. La multa impuesta a la ONG española pudiera ser de hasta un millón de euros que es la cifra máxima con la que castiga la Justicia italiana a las ONGs que rescatan a migrantes, llevándoles a territorio italiano de forma ilegal.
El Gobierno maltés sí permitió que desembarcaran los últimos 39 rescatados al haberlo sido en aguas territoriales de Malta, pero la ONG consideró que no era seguro pues pudiera provocar altercados entre los migrantes al comprobar como solo unos pocos pueden desembarcar: o todos o ninguno.
¿Por qué se mantiene al margen España en esta ocasión?
Con respecto al Gobierno español que en su día acogió al Aquarius en el puerto de Valencia, no han entendido las ONGs que ahora les niegue su ayuda. De hecho, le retiró su apoyo a la ONG del Open Arms ya que carece de certificación para dedicarse al rescate de personas en el mar. Tras ser inspeccionado en el puerto de Barcelona, se comprobó que el barco carece de habilitación, tampoco para transportar a las personas rescatadas ni cumple con el Convenido sobre tráfico marítimo internacional; ni siquiera cuenta con certificado de haber superado la inspección acerca de la contaminación marítima. Así que es lógico que las autoridades de España no permitan que un buque que carece de los permisos necesarios para llevar a cabo una tarea tan delicada e importante como es el rescate en alta mar continúe haciéndolo; sería una irresponsabilidad como lo es el que la ONG no se haya preocupado por conseguir esas certificaciones.
¿Cómo se financian estas ONGs? En parte, con subvenciones públicas de los Estados a los que critican, así que no pueden acusarles de inacción puesto que están siendo financiadas con fondos públicos. Si bien es cierto que esos fondos, principalmente de Ayuntamientos, supone una décima parte de su presupuesto y el resto es aportado por donantes privados quiénes reciben un diploma de la organización por su ayuda, que en ocasiones es cuantiosa, en el caso de personas conocidas que desean colaborar. En sus estados de cuentas, los cuales presentan año tras año, dejan constancia de que casi todo el dinero del que disponen es destinado a sus misiones de rescate y humanitarias, dejando lo justo y necesario para la administración. Con respecto a los voluntarios, colaboran sin recibir dinero a cambio.
El Gobierno español se defiende de las críticas diciendo que vuelcan sus esfuerzos en sus propios medios con la Armada española para rescatar a personas en el Mediterráneo, siendo el País más activo en este sentido por lo que ninguna ONG puede criticarles. Pero la Sociedad española de Salvamento y Seguridad Marítima no está preparada para rescatar a los migrantes puesto que la tripulación de cada uno de sus barcos es la mínima legal, no habiendo más de dos personas en cubierta para rescatar a las decenas de personas de las embarcaciones con las que se encuentran en alta mar. No pocas veces lo que hallan son cadáveres que igual han de recuperar, marcándoles de por vida por la fuerte impresión que les causa, en especial cuando son niños. Por otro lado, las jornadas laborales son extenuantes, con una semana de servicio, trabajando las 24 horas del día y otra libre pero en la que pudieran llamarles por alguna emergencia.
Luego, en los puertos españoles, los dispositivos de atención a las personas rescatadas son insuficientes, viéndose desbordados tanto los agentes de los Cuerpos de Seguridad como los servicios de emergencias, con personal insuficiente. Por otro lado, las instalaciones en las que se les da cobijo carecen de las comodidades que se espera de lugares que debieran estar habilitados para acoger a tantas personas.
La situación de saturación y falta de medios en las ciudades portuarias españolas pudiera ser la verdadera razón por la que el Gobierno español se resiste a dar autorización a las Comunidades Autónomas y Ciudades que se han ofrecido para recibir a los migrantes. El Gobierno central es consciente de las limitaciones de un sistema que funcionará los primeros días pero que se bloqueará por falta de recursos al poco tiempo como han denunciado sindicatos, asociaciones profesionales y ONGs. Cierto es que ya no llegan tantas pateras procedentes de Marruecos porque este País ha intensificado la vigilancia costera y lucha contra la inmigración irregular dentro de sus propias fronteras, pero porque a cambio recibe decenas de millones de euros de la Unión Europea. Sin embargo, nadie controla, desde la Comisión Europea o España, lo que el Gobierno marroquí hace con ese dinero que recibe. Las ONGs que se mueven en el País magrebí dicen constatar un incremento de la presencia militar en el norte de Marruecos con lo que, en efecto, las patrullas militares han echado a los inmigrantes que se agolpaban en la Región esperando que las mafias les trasladaran a España.
Con la excusa de la lucha contra la inmigración irregular, Marruecos está reforzando militarmente la zona en torno a Ceuta y Melilla
El Gobierno marroquí ha realizado un gran despliegue militar en torno a las dos ciudades autónomas españolas en el norte de Marruecos: Ceuta y Melilla. Lo hace alegando que es para luchar contra la inmigración irregular y además lo hace con fondos europeos y españoles. Nadie sabe a donde son conducidos los migrantes interceptados por los soldados marroquíes pero los habitantes de Ceuta y Melilla sí observan con preocupación el movimiento de tropas marroquíes en torno a sus ciudades.
Ceuta cuenta con una dotación de poco más de 3.000 soldados españoles y Melilla se ha quedado con un solo acuartelamiento donde se han concentrado los efectivos militares destinados en dicha ciudad. Si Marruecos está gastando de forma eficiente el dinero que recibe de Europa en contener a la inmigración irregular ¿cómo es posible que, recientemente, asaltaran la valla fronteriza de Ceuta más de 600 inmigrantes? Fue tan violento que 18 agentes de la Guardia Civil, que vigila la frontera, recibieron heridas, algunas graves al usar algunos de los inmigrantes cal viva y lanzallamas caseros (aerosoles con mecheros). Desde Madrid, la Dirección General de la Guardia Civil ha enviado más refuerzos de la Agrupación de Reserva y Seguridad.
Ahora bien, la Legión española cuenta con un tercio en Ceuta y si otros Países europeos contemplan la utilización de sus Fuerzas Armadas en la defensa de sus fronteras, no se entiende que España no lo haga, reforzando el dispositivo de la Guardia Civil. Al haber soldados en Ceuta, tanto legionarios como de otros Cuerpos militares, el despliegue sería más económico que enviar refuerzos de la Guardia Civil a los que hay que pagar dietas.
Hasta 2018, el Gobierno italiano había rescatado a decenas de miles de personas en el mar y atendido en sus puertos, por lo que se defiende de las acusaciones alegando que se cansaron de ser los que más refugiados acogían mientras el resto de Países de la Unión Europea se mantenía al margen. Además, desde Roma dicen que las mafias que trafican con personas se aprovechan de que existen las operaciones de rescate con lo que se vuelven más activas a sabiendas de que las personas a las que transportan serán posiblemente rescatadas en el mar y las que consigan llegar a tierra podrán ser algunas utilizadas para su labor delictiva como pago si no pudieran abonar la travesía. Por lo tanto, el actual Gobierno italiano y algunos otros europeos, creen que se está fomentando el tráfico ilícito de personas conduciendo a los migrantes a los puertos europeos, que es lo que desean las mafias. Consideran que una vez en territorio europeo, los migrantes tendrán libertad de movimiento y si no se tiene información con respecto a lo que hacían en sus Países de origen, se estaría facilitando la entrada también de posibles delincuentes.
Sin embargo, tanto en Italia como en España son varias las ciudades que se han ofrecido para acoger a los migrantes que transportan los dos barcos varados esperando una solución. La última en hacerlo ha sido la ciudad española de Cádiz cuyo Ayuntamiento se ha ofrecido para atender a estas personas. Tanto el alcalde de otra ciudad española, la de Valencia como los presidentes de las Comunidades Autónomas de Valencia y Cataluña se han ofrecido igualmente para acoger al barco español Open Arms si bien desde Valencia alegan que es decisión del Gobierno central español puesto que la competencia en materia de migraciones es exclusiva suya, no de las Comunidades Autónomas. Lo que se debiera hacer en la Unión Europea, entre los Estados miembros, repartirse a los migrantes para que el esfuerzo sea compartido, dándoles medios para una vida mejor en proporción a las capacidades de cada País, lo están haciendo las Comunidades Autónomas españolas. La de Extremadura ya ha declarado que está dispuesta a dar acogida a diez de los migrantes que transporta el buque español y que están trabajando para intentar acoger más si el Gobierno central español da su visto bueno.
La ONG alemana Sea Eye ha conseguido un acuerdo para distribuir entre varios Países europeos a los 40 migrantes que su barco, el Alan Kurdi, desembarcó en Malta
¿Por qué con unos barcos los Países aceptan acoger los migrantes que transportan y con otros no? Tal vez tenga algo que ver la influencia alemana en Europa pues fue el Gobierno de ese País el que anunció que acogería a varios migrantes y que había acordado con otros socios europeos que dieran refugio al resto. Pero España no tiene ni los medios de los que dispone Alemania ni su influencia exterior por lo que ni siquiera se ha planteado pedir a la UE que se afronte el problema entre todos los Países miembros a sabiendas de la respuesta en base a experiencias anteriores. Aun así, la ONG Proactive Open Arms ha solicitado a la embajada española en Malta que otorgue el asilo al menos a los menores de edad que transporta en su barco sin recibir aún respuesta. Mientras, otro barco de la ONG, el Astral, lleva alimentos y enseres al Open Arms para abastecer a los migrantes y tripulación y que puedan continuar con la espera. El problema es que se acerca una tormenta que pudiera empeorar la situación ya de por sí dramática de los migrantes. Una tormenta que no solo será climática, sino tal vez también política si no se llega por fin a un acuerdo entre todos los Estados miembros que ponga remedio al problema de los refugiados.
La mayoría de Países de la Unión Europea se resisten a la apertura de sus fronteras a todos los que deseen marchar desde África u Oriente Medio a sus territorios porque la economía nacional se resentiría notablemente al no poder acogerles a todos. Por otro lado, no todas esas personas huyen de la guerra, mimetizándose entre las mimas terroristas que se hacen pasar por refugiados y una vez en Europa cometen acciones criminales, como ya ha podido comprobarse, lamentablemente, en no pocos casos. Es un pequeño porcentaje el de terroristas y delincuentes que se camuflan entre los migrantes, pero resulta muy arriesgado no tomar medidas de prevención entre las que se incluyen no dejar entrar a quiénes no vengan bien documentados. Tengamos en cuenta que sin esa documentación se desconoce el origen de dichas personas y sus verdaderas intenciones aparte de que los centros de retención de inmigrantes que entran de forma irregular están saturados así que el problema no tiene visos de arreglarse sino de empeorar.
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