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José Luis Castillo Gallardo

I+D+i en NBQ

Actualizado: 14 jun 2020

La importancia que se le da al I+D+i en los países - mal llamados - avanzados, es tan alta, que se tiende a medir la misma como un porcentaje del PIB

Las siglas “I+D” se corresponden con "Investigación más Desarrollo". Todo el mundo las conoce y saben a lo que se refiere, lo que no es tan conocida es la incorporación del concepto "innovación" representado, en el conjunto de siglas anterior, por la “i”, en minúscula. Vamos a intentar definir esta nomenclatura conjunta.


Con respecto a la investigación, la tenemos tanto básica como aplicada. La primera es la tradicional de recopilar todo el conocimiento posible sobre el asunto acerca del que se esté realizando el estudio, pero sin necesidad de buscarle una aplicación práctica o si se contempla esto último, que sea para ampliar nuevos conocimientos relacionados con dicho estudio.


La investigación aplicada busca señalar los recursos necesarios para cubrir una demanda específica. También para conseguir nuevos conocimientos científicos o técnicos pero con un fin eminentemente práctico.


Vamos ahora con la "D" (Desarrollo): es el proceso por el que se investiga con el objetivo de producir algo nuevo o mejorar algo existente; digamos, todo el sistema puesto en marcha con los datos obtenidos en la investigación.


Comparto la opinión de Baumela Navarro, sobre que la definición más clara de cuantas hay sobre I+D+i es la de Esko Tapani Aho (directivo de la empresa de salud Terveystalo), por su simplicidad y claridad:

  • “Investigación”: invertir para obtener conocimiento.

  • “Desarrollo”: nexo de unión entre ambas.

  • “Innovación”: invertir conocimiento para obtener financiación.

Ahora bien, definir conceptos está bien si no se tienen claros, sin embargo, si después no se traducen en nada, como las necesarias inversiones, no servirá de nada en absoluto. Es por ello que resulta imprescindible invertir tanto en investigación, de modo que nos sirva para innovar, siendo clave el desarrollo, puesto que es lo que permitirá llegar al final del proceso.


Hay que implicar al sector privado, con las deducciones fiscales correspondientes que sirvan de estímulo, si el sector público se ve incapaz de acometer el esfuerzo necesario para conseguir lo anterior y especialmente en el ámbito de las Fuerzas Armadas, en España, y sobre todo en lo que a tecnología se refiere, de modo general, y de modo particular en el tema que nos ocupa: el área NBQ; clave en los tiempos actuales, en los que estamos comprobando, de forma impactante, los efectos devastadores de una pandemia.


El objetivo del bioterrorismo es propagar un patógeno que provoque una epidemia, la cual causaría un efecto similar al de la actual pandemia de la COVID-19, en el caso de que se extendiera. Las carencias detectadas con esta enfermedad, si se cubren, servirán para afrontar posibles futuras amenazas NBQ.


Ha quedado sobradamente claro que se requieren más vehículos que puedan trasladarse al lugar crítico y una vez en el mismo estén dotados para actuar de inmediato. Se necesita un mayor adiestramiento y formación en riesgos biológicos, pero también amenazas químicas y radiológicas. Son muy necesarios los simulacros continuos para evitar que tanto profesionales como ciudadanos no sepan que hacer en un incidente NBQ y ni que decir tiene que hay que invertir en dotación de equipos de protección individuales (EPIs).


Tanto los Ejércitos como las Fuerzas de Seguridad en España (y en todo el Mundo) adquirirán una capacidad operativa superior si se invierte en medios y adiestramiento NBQ

Las propias sociedades se verán beneficiadas si se estimula la inversión en medios que permitan afrontar riesgos biológicos, nucleares o químicos ya que se generará empleo con lo que aumentará la calidad de vida al mismo tiempo que logra que nuestro entorno natural sea más seguro.


La Estrategia de Seguridad Nacional de España, aprobada en 2017, con respecto a la seguridad frente a pandemias y epidemias. dice textualmente: "desarrollar y mejorar entre los departamentos ministeriales involucrados los protocolos para evitar la entrada en el país de animales o mercancías que puedan contener patógenos de riesgo, así como para garantizar la atención adecuada a personas que accedan al país con enfermedades infecciosas de alto riesgo".

Concluyendo, no queda otra que dotar de más medios NBQ a las Fuerzas Armadas y de Seguridad, habida cuenta de lo que estamos comprobando durante la pandemia de la COVID-19: el esencial papel desempeñado por los Ejércitos, la Guardia Civil y demás Cuerpos de Seguridad. Los mismos Cuerpos militares podrán, con la experiencia acumulada, formar adecuadamente a los sectores habilitados para complementar la respuesta ante un riesgo no solo biológico, que es el que ahora más preocupa, sino también químico y radiológico.



El autor: José Luis Castillo Gallardo es capitán de la Guardia Civil, especialista NRBQ, diplomado en Inteligencia y Seguridad por la Escuela de Guerra; Máster en Fenomenología Terrorista y experto en análisis de la violencia política y el terrorismo así como experto en Estudios Estratégicos y Seguridad Internacional por la UGR. Colaborador de la Red SAFE WORLD

 

Referencias

  • Investigación e innovación en Francia, Jacques Lesourne y Denis Randet; editorial Odile Jacob

  • “I+D+i en NBQ: Pasado y Futuro”, Joaquin Baumela Navarro. Instituto Español de Estudios Estratégicos. Documento de Opinión, publicado el 10/10/2012

  • Estrategia de Seguridad Nacional de España, 2017

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