Ningún país de los considerados "ricos" o más desarrollados quiere la vacuna AstraZeneca; los hay también que renunciaron a vacunar con Janssen.
Pero los estudios las avalan, a pesar de los graves efectos adversos en unos pocos de entre los inmunizados con esas vacunas. ¿Saben los lectores que el porcentaje que han sufrido trombos ha sido del 0,0006 % de entre las personas a las que se administró AstraZeneca?
Intentemos aclarar a continuación lo que sucede con las vacunas y en qué estado se halla el debate sobre qué hacer con quiénes se les administró una primera dosis de AstraZeneca y esperan aún la segunda. Por otro lado, sabremos qué se está haciendo para que las vacunas lleguen a los Países con menos recursos.
Las compañías farmacéuticas pugnan por colocar su producto en un puesto ventajoso con respecto a los similares de la competencia. En eso se ha convertido la salud, en un gran negocio; y las vacunas se encuentran ahora en el ojo del huracán.
AstraZeneca no tenía experiencia anterior en vacunas debido a lo que las demás compañías la vieron como una fuerte competidora desde un principio ya que el remedio que obtuvo, avalado por una de las universidades más prestigiosas del Mundo, la de Oxford, más el precio de coste al que la puso en el mercado, seguramente no gustó nada a las otras grandes empresas.
Los estudios que las universidades realizan sobre la efectividad de los medicamentos antes de que salgan al mercado, investigaciones financiadas por las arcas públicas y en ocasiones por las propias compañías farmacéuticas, intentan demostrar la excelencia de los fármacos y que en efecto funcionan.
Así que tenemos varias vacunas compitiendo e informes de laboratorios universitarios que avalan su efectividad en mayor o menor grado.
Las estadísticas no mienten; de hecho, hay mayores probabilidades de que te alcance un rayo a que nos de un trombo por vacunarnos contra la COVID-19.
Incluso la tan extendida píldora anticonceptiva pudiera aumentar hasta seis veces la probabilidad de sufrir un trombo, mucho más que los tratamientos de AstraZeneca y Janssen y sin embargo nadie ha dicho de quitar la píldora como sí se propuso con las mencionadas vacunas.
¿Nos podemos permitir el lujo de prescindir de una vacuna?
El Estado español va a incentivar la administración de la vacuna Janssen de la que ha contratado ya 17,5 millones de dosis (recordemos que es una sola dosis la que se requiere de esta vacuna, no dos como el resto).
También se han producido trombos en algunas personas que han sido vacunadas con Janssen, pero son muy pocas, con lo que se dijo que sus beneficios son mucho mayores que no administrarla.
Según la propia compañía que la produce, Johnson & Johnson, la efectividad general de la Janssen es del 72%; contra la variante brasileña, un 66% y contra la sudafricana un 57%.
El debate sobre Janssen se superó pero se mantiene el problema con respecto a qué hacer con los cientos de miles de dosis de la vacuna AstraZeneca que España almacena. ¿Y con los más de 26 millones de dosis ya pagadas, de esa misma vacuna, que se contrataron en su momento y aún no han llegado a España?
Más del 80% de la población española sigue sin estar vacunada. Por otro lado, dos millones de personas, menores de 60 años, que fueron vacunadas con la primera dosis de AstraZeneca, no saben todavía si se les administrará la segunda y si lo hacen qué vacuna será.
Algunas Comunidades Autónomas lo tienen claro: si el Gobierno central español no da una respuesta en las próximas semanas, dichos Gobiernos regionales (Madrid, Galicia y Andalucía, gobernadas por un partido político distinto al que lo hace a nivel central) administrarán la segunda dosis de AstraZeneca en los menores de 60 años que ya hubieran recibido la primera y expresen su consentimiento.
El Gobierno central ha clausurado el “Estado de Alarma” y las restricciones que conlleva, salvo que alguna Comunidad Autónoma haya conseguido convencer al Tribunal Superior de Justicia en su territorio para que mantenga ciertas restricciones.
Una pandemia en manos de los tribunales
Los jueces dicen que su función es impartir justicia, no elaborar políticas preventivas, pero es la decisión que ha tomado el Gobierno español: cesa el estado de alarma y que sean los altos tribunales lo que decidan qué hacer en cada región. Una situación que ha generado que se apliquen diferentes medidas en territorios distintos para un mismo problema, en base a las apreciaciones judiciales según la incidencia del virus en cada región.
Mientras tanto, los Cuerpos de Policía siguen interviniendo en multitudinarias fiestas en las que las medidas de seguridad brillan por su ausencia, aprovechando el cese de muchas de las restricciones de movilidad, en vigor hasta hace tan solo unos días.
Los agentes les recuerdan a los ciudadanos que incumplen la regulación anti-COVID, denuncia por medio, que el hecho de que ahora nos podamos mover entre Provincias y sin toque de queda en la mayoría de las regiones, no significa que podamos celebrar fiestas sin tomar medidas de protección. Es por lo que se está sancionando no usar la mascarilla u organizarse “botellones” sin distanciamiento social.
España no es el único País que ha cesado las restricciones a la movilidad de los ciudadanos o abierto sus fronteras a los turistas, también otros Países para los que el sector turístico es de gran importancia para su PIB como Grecia, Italia, Portugal, Alemania o Gran Bretaña.
Lo único que se pide es un certificado expedido por las autoridades sanitarias que indique que el visitante procedente de otro País ha sido vacunado, si bien se mantiene un listado de Países a los que se prohíbe viajar por considerarlos de alto riesgo.
¿Me van a poner una segunda dosis o no?
Se está llevando a cabo un estudio (o experimento, como dirán algunos), sobre los efectos de combinar una dosis de AstraZeneca, en el caso de quiénes ya se les puso, con otra de Pfizer para completar así la pauta.
Se trata de la investigación “Com-COV”, a cargo de la Universidad de Oxford. Lo que se sabe hasta el momento es que las reacciones adversas se vuelven más frecuentes, aunque son de intensidad moderada y duran poco tiempo, pero lo suficiente como para darse por indispuesto en el trabajo, con la merma en cuanto a la productividad laboral se refiere.
La fase en la que se encuentran en el estudio es para saber si el paracetamol reduce la frecuencia de los efectos adversos. En España, la Universidad Carlos III realiza su propia investigación al respecto a la que denomina CombiVacs.
¿Cuál es la solución temporal que le ha buscado el Gobierno español? Indicar que la posible inmunidad de la primera dosis de AstraZeneca pudiera cubrir cuatro meses con lo que aún hay tiempo para poner la segunda dosis mientras salen los resultados definitivos de los estudios mencionados; la primera dosis se administró hace dos-tres meses.
No es lo recomendado por la EMA (Agencia Europea del Medicamento, por sus siglas en inglés) pero lo cierto es que España no es el único País que anda con estas disquisiciones.
Francia y Alemania están por la labor de inyectar la segunda dosis de Pfizer, al igual que Dinamarca, Suecia y Noruega, mientras que Italia recomienda seguir con AstraZeneca. Por su parte, Gran Bretaña aboga por ofrecer una alternativa a los menores de 40 años entre las demás vacunas autorizadas en el País.
Además, Francia ha alargado el período entre dosis de Pfizer de las tres semanas actuales a seis, lo que también hará Italia para tener así un mayor margen de maniobra.
La EMA considera factible alargar el plazo de la segunda dosis de Pfizer puesto que los ensayos clínicos arrojaron el resultado de una efectividad de hasta 42 días desde la primera dosis, por lo que ese es el tiempo máximo que ha de haber entre las dos dosis.
Por otro lado, Pfizer recomendó que se suministrara una tercera dosis, pero la EMA ya ha dejado claro que esperarán a comprobar la evolución del coronavirus para decidir si es necesaria o no y de serlo al cabo de cuánto tiempo con respecto a la segunda dosis.
Margarita del Val es una de las inmunólogas más reputadas de España y conoce a la perfección cómo funcionan las vacunas, defendiendo públicamente que se inyecte la segunda dosis de AstraZeneca a quiénes ya recibieron la primera. Se basa en los estudios científicos publicados y que ella conoce al detalle por los que se ha comprobado que la segunda dosis causa menos efectos adversos que la primera y de carácter leve, por lo general.
También la EMA está a favor de suministrar cuanto antes la segunda dosis de AstraZeneca e incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) la incluye en el COVAX, el programa puesto en marcha para “garantizar” que las vacunas lleguen a los Países con menos recursos.
La nueva geopolítica de las vacunas
Los Países ricos han adquirido tantos millones de dosis que lo que les ha quedado a los menos desarrollados son las sobras. Algunas grandes potencias prometen a Países a los que les interesa tener de su lado donaciones de sus excedentes de la vacuna AstraZeneca, surgiendo una nueva geoestrategia basada en las reservas de vacunas.
La situación de los Países más desfavorecidos es muy crítica, muriendo muchas más personas en el segundo año de la pandemia que en el primero, por lo que tragan con lo que sea por tal de aliviar su situación.
La OMS ha pedido a las potencias con más reservas de vacunas que no las administren a los menores de edad, como ya se está haciendo en algunos Países, puesto que su sistema inmunológico es más fuerte. Antes que eso, el principal organismo internacional para la salud ha pedido que se donen esas vacunas a los Países que no pueden adquirirlas.
El debate ahora es si debieran liberalizarse las patentes para que cualquier País pueda desarrollar las vacunas por su cuenta, pero lógicamente ni las farmacéuticas ni los Países donde tienen su sede están a favor, ya que les restaría influencia. La excusa que ponen es que no por el hecho de liberalizarlo esos Países podrán desarrollar las vacunas ya que para ello se requiere de un coste elevado en cuanto a tecnología y fabricación, por lo que pudiera retrasarse más que con el sistema actual de patentes.
La compañía farmacéutica británica de origen sueco asegura que su vacuna evita los casos graves en un altísimo porcentaje por lo que considera injusta la mala fama. De hecho, según los datos hechos públicos por la AEMPS (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios) los efectos adversos moderados de las distintas vacunas autorizadas en la Unión Europea son las siguientes (aún queda por ver como se desenvolverá Janssen):
AstraZeneca: 0,18 % de las personas vacunadas
Pfizer: 0,17 %
Moderna 0,30 %
Los trombos en personas vacunadas con AstraZeneca han sido cinco de entre un millón de inoculados, y solo uno de ellos murió. En el territorio de la UE, los trombos han sido 86 de los que 18 fallecieron (de 24 millones de vacunados con AstraZeneca).
Por lo tanto, es muy posible que AstraZeneca juegue todavía un papel importante, sino en las campañas de vacunación de los Países más avanzados, sí en su política exterior.
La Unión Europea se ha convertido en el mayor exportador mundial de vacunas pues cuenta con numerosas plantas industriales en su territorio, lo que le da un nuevo poder en la escena política internacional. Y con la UE también España se posiciona en el tablero.
La empresa Rovi cuenta con una planta en el Polígono Tecnológico de Salud de Granada donde fabricarán el principio activo de la vacuna Moderna (lo que hasta ahora, la compañía hacía solo en Suiza a través de otro socio), con una capacidad prevista de cien millones de dosis anuales.
Aparte, desde otra planta en la Comunidad de Madrid realizan la formulación, envasado y llenado de los viales con capacidad para 1.200 millones de dosis anuales. España ya ha recibido un millón de dosis de la vacuna de Moderna y le corresponden 14 millones más de las adquiridas por la Unión Europea.
Se da la paradoja de que la India, donde se encuentra el mayor productor de vacunas del Mundo, es actualmente el País donde más muertos genera la pandemia (más de 3.800 muertes diarias), muy por encima de Brasil (en torno a las 2.200 muertes diarias) que es el segundo Estado con más defunciones por la COVID-19.
En los Estados Unidos, que lideró la nefasta lista de fallecidos por la pandemia hasta hace muy poco, la vacunación masiva parece que ha conseguido que baje puestos (algo más de 750 fallecimientos diarios). Ello le permite utilizar sus excedentes en su política exterior prometiendo a los Países a los que les interesa mantener en su ámbito de influencia donaciones importantes de dosis para su población. Es otro modo más de competir con China, donde se originó la pandemia y que actualmente parece que tiene controlada, o eso dan a entender a la opinión pública internacional.
En las calles de las ciudades chinas, la mascarilla es optativa y no hay ya distanciamiento social. Aún así, cerraron sus fronteras a cal y canto hasta el punto incluso de hacerlo en un lugar al que solo llegan los más valientes: el Everest. En el pico más alto del Mundo, China comparte frontera con Nepal, que atraviesa un duro momento con la pandemia donde se registran más de 8.000 nuevos casos diarios de contagio.
Conclusión: a más vacunas, más poder, pero son ya tantas en los Países más desarrollados que se dan situaciones surrealistas como lo que está sucediendo con la segunda dosis de AstraZeneca que esperan quiénes ya recibieron la primera. Y es que a la par que se mantiene un nuevo conflicto por conseguir mayor influencia internacional, se libra una guerra comercial entre las grandes compañías farmacéuticas que buscan colocar su producto ante tanta demanda pero también demasiada competencia. Ésta última auspiciada por los propios Estados que no quieren quedarse atrás en el nuevo orden mundial post-coronavirus por lo que incentivan las investigaciones en biotecnología.
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