Es un microorganismo muy resistente a los fármacos al que llaman el "hongo asesino"
Tranquilos, no es una nueva pandemia pero la Organización Mundial de la Salud y los Centros CDC para el control y prevención de enfermedades la califican como "amenaza urgente".
Recordemos que cuando comenzamos a oir hablar del coronavirus causante de la COVID-19, nadie pensaba que evolucionaría como lo hizo.
¿Qué es el Cándida auris y dónde surgió?
Es una especie de hongo que puede llegar a causar la muerte en infecciones graves, debido a una enfermedad llamada candidiasis que en su caso puede ser extremadamente invasiva.
Los síntomas suelen ser fiebre y escalofríos que no desaparecen pronto, aunque se administren antibióticos.
Te puede picar la zona afectada, que se enrojece o hincha y si llega a la corriente sanguínea, un 45-50% de los contagiados pudiera morir (la mitad de ellos en un período de tres meses o menos). Sin embargo, los que fallecen suele ser debido a que tenían otras patologías, agravadas por la Cándida auris.
Se puede expandir a varios órganos, aunque si es una afección más leve, lo normal es que no cause problemas e incluso que no se presenten síntomas.
En los Estados Unidos, si bien se detectan casos desde hace diez años (se aisló, por primera vez, en Japón en 2009), se están reportando ahora cientos de casos dispersos por centros de salud y hospitales en 35 Estados. También se han detectado en otros 45 Países.
El número de infecciones se ha triplicado con respecto a años anteriores
Pero ¿dónde se originó este hongo? La respuesta es que no se sabe. Los únicos lugares donde se ha detectado fuera de un organismo humano es en una marisma salada y en una playa de las islas Andamán, en el Océano Índico.
Tal vez lo contrajeron animales sin que pudiera contagiar a humanos hasta que el microorganismo ha evolucionado consiguiendo dar ese paso e incluso desarrollando mayor resistencia a la temperatura corporal de los huéspedes. La cepa más antigua en humanos se descubrió en 1996.
La ONG Global Action for Fungal Infections comunicó recientemente que 1,6 millones de personas mueren al año por infecciones por hongos.
¿Dónde y cómo se contagia?
Los hospitales son lugares propensos a las infecciones, aunque parezca surrealista, pero debemos tener en cuenta que entran enfermos de toca clase. Por mucha higiene que haya, no es extraño que se propague alguna bacteria, virus o un hongo.
En las urgencias del hospital de Waikato (Nueva Zelanda), se encontraron hongos en el conducto del aire con humedad en suelo y paredes en las que se detectó moho. No es tan extraño, basta que una tubería se rompa provocando situaciones similares y esparciendo microorganismos si no se soluciona el problema cuanto antes.
El Cándida auris se detectó en 2022 en Detroit, en el Select Specialty Hospital-Northwest, un centro especializado en rehabilitación de enfermos graves. Actuaron con celeridad cerrando el hospital hasta que solucionaron el problema.
Un catéter que no esté suficientemente esterilizado o se haya manipulado sin la debida protección y que se introduzca en el cuerpo puede infectar a una persona. A su vez, este individuo podrá contagiar a otros, por indicar tan solo una de las posibilidades, pero son muchas y variadas. Aunque, en realidad, no está claro del todo como se propaga (se cree que también pudiera inhalarse). Lo que sí stá claro es que la saturación hospitalaria, por ejemplo con las epidemias de gripe (o la del coronavirus) con apenas espacio entre camas de enfermos favorece la transmisión de la enfermedad.
Las personas con sistema inmune débil deben ser más precavidos al ingresar en un centro sanitario. Sobre todo, si se prevé que permanezcan hospitalizados por largo tiempo, ya que habrá más posibilidades de que se contagien por algún instrumento infectado.
La falta de personal en los centros de salud y hospitales ha dado lugar a que algunos se saturen por lo que pudiera suceder que cierto instrumental no se haya desinfectado debidamente, por las prisas.
No hay un tratamiento verdaderamente definitivo contra la Cándida auris
Se está usando cierto antifúngico (“fungi” significa en latín “hongos”) pero el Cándida auris está desarrollando resistencia a ese medicamento. Lo han comprobado los CDC (siglas en inglés de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades). Su pormenorizado estudio al respecto lo han publicado en la revista “Annals of Internal Medicine”.
Los familiares que visitan a los pacientes, que sin saberlo han contraído la Candidiasis provocada por ese patógeno, también pueden contagiarse. Simplemente usando una toalla o un cepillo que también haya usado el enfermo pudieran infectarse. Estos parientes salen a la calle y pueden contagiar ellos a otras personas.
Es esencial usar guantes y bata cuando se entre en contacto con algún contagiado, desechándolos tras su uso. Ni que decir tiene que las manos deben lavarse continuamente y de forma exhaustiva. A su vez, los útiles que use el paciente o se desechan (de un solo uso) o se desinfectan adecuadamente.
Los más afectados, aparte de los inmunodepresivos, son las personas de mayor edad, por sus numerosas patologías que se pueden ver agravadas si además se contagian del hongo.
De momento, las soluciones antifúngicas funcionan pero como se decía anteriormente se observa una tendencia a la resistencia de estos patógenos a los fármacos.
Al aumentarse la ingesta o administración de antibióticos y fármacos antimicóticos, sobre todo desde la pandemia de COVID-19, los hongos y otros microrganismos desarrollan resistencia.
Las principales compañías farmacéuticas están investigando nuevos medicamentos fungicidas más eficaces, por primera vez en diez años, lo que denota la preocupación suscitada.
Os dejamos un vídeo de "El Financiero Bloomberg" que resume a la perfección lo que se sabe hasta el momento de este hongo:
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