Se han de observar y estudiar las variables que nos ayuden a entender la deriva fundamentalista hacia el yihadismo
A lo largo del presente artículo, recopilaré los que creo son los más destacados trabajos sobre radicalización yihadista en español. Con tal compendio, espero conseguir dilucidar el complejo y oscuro proceso que lleva a una persona, desde una aparente normalidad, a convertir en cultura propia la violencia y el odio, en el siglo actual.
Para empezar, realizaré un análisis de los conceptos relacionados con el proceso de la radicalización yihadista para lo que echo mano de la conceptualización realizada por los Servicios de Inteligencia Holandeses, siguiendo la línea de investigación de los especialistas en la materia, Manuel Moyano y Humberto Trujillo:
Radicalismo: respaldo a los cambios propuestos o efectuados por un individuo o grupo que supongan un claro riesgo al mantenimiento de los valores democráticos y la cohesión social.
Extremismo: llevar al límite la consecución de un objetivo, recurriendo a la violencia si fuera necesario.
Fundamentalista: seguidor radical de un movimiento extremista que defiende la eliminación de ciertas libertades cívicas con pocas o nulas herramientas internas para debatir posibles discrepancias.
Militante: quién defiende, dentro de la legalidad, las proclamas de un movimiento al que está adscrito.
Activista: quién pasa a la acción, propuesta por ideólogos, provocando desorden público.
Terrorista: individuo que causa daños graves a la comunidad alegando una motivación política, religiosa o étnica con el objetivo de provocar cambios sociales o presionar para la toma de ciertas decisiones por parte de la Administración.
La Unión Europea define el concepto de radicalización violenta, en el artículo 1 de la Decisión Marco sobre la lucha contra el terrorismo, como: “el fenómeno en virtud del cual las personas se adhieren a opiniones, puntos de vista e ideas que pueden conducirles a cometer actos terroristas”.
Conceptualización de la radicalización yihadista
Continuando con el estudio de los investigadores Manuel Moyano y Humberto Trujillo, recogido en su ensayo Radicalización islamista y terrorismo, claves psicosociales, editado por la Universidad de Granada en 2013, debe apreciarse que si bien todo terrorista es radical por naturaleza, un radical no tiene por qué ser un terrorista. De los segundos, no todos llevan a cabo acciones violentas o criminales; pudieran colaborar de otros modos o limitarse a simpatizar con ciertas causas extremistas, pero sin llegar a la acción terrorista.
Teniendo en cuenta que el concepto "terrorismo" continúa sin una una definición universal que contente a todos, me atrevo a ofrecer la siguiente: “cualquier acción criminal violenta, clandestina o institucionalizada, que se realiza contra una población civil o no combatiente, por razones ideológicas, políticas, religiosas, etc., con el objetivo de causar un daño real físico y/o psicológico (sentimiento de vulnerabilidad, miedo, pánico) al adversario para desestabilizarlo e intentar someterlo a alguna demanda, coartando su libertad para la toma de decisiones”.
El catedrático de ciencia política y de la administración Rogelio Alonso Pascual, en su ensayo "Procesos de radicalización y reclutamiento en las redes de terrorismo yihadista", de 2009, define en su estudio una serie de rasgos que presenta la conceptualización del término “radicalización” común a diferentes expresiones de violencia:
No es novedoso: sobre ello saben y mucho los Países europeos, principalmente por los nacionalismos extremistas que derivaron en terrorismo, como el perpetrado por las organizaciones ETA, IRA, Baader Meinhof, Brigadas Rojas y otras.
Es un fenómeno minoritario: afortunadamente, tanto el fundamentalismo como su expresión violenta son un fenómeno minoritario en Occidente.
Es un proceso en distintas fases: el desarrollo de la radicalización evoluciona desde una primera fase de afinidad ideológica, pasando por una segunda de consolidación, siendo la tercera fase la de justificación de la violencia, sin llegar aún a participar el individuo, concluyendo con el estadío de la participación de dicha violencia.
La radicalización es heterogénea: Ya que hay un variado perfil de radicales, aunque prácticamente todos tienen en común el ensalzamiento del hombre sobre la mujer, la importancia de captar a los jóvenes ya que aún son maleables sus mentes debido a su inexperiencia vital y la ausencia de vínculos que les impidan llevar a cabo sus acciones, como pueda ser una pareja sentimental, una familia, un puesto de trabajo estable, etc.
Proceso individual con influencias de grupo: Lo normal es que la radicalización sea una decisión adoptada por el individuo, de forma personal, pero influenciado por algún grupo del que desea formar parte. Incluso en el caso de quiénes se radicalizan por su cuenta, hoy en día, mediante autoadoctrinamiento en Internet, desean formar parte de algún movimiento ideológico concreto.
Confluyen factores propiciadores y facilitadores: Pueden ser de carácter individual, influencia grupal, ideológica, psicológica o de tipo social y al mismo tiempo de corte similar, en muchos individuos, o específico para cada persona.
El terrorismo, tanto el yihadista como cualquier otro, se sustenta en un cuerpo doctrinal ideado por radicales que justifican los atentados y demás actos violentos que perpetran, de modo que los adeptos no puedan cuestionarse la legitimidad de dichos actos. Es decir, los ideólogos elaboran de tal modo su doctrina que no dejan espacio para la crítica interna dentro de los grupos terroristas: el que pasa a forma parte de los mismos ha de quedar completamente convencido de que lo que hace es lo que debe hacerse para conseguir el objetivo común de quiénes forman parte de la organización.
Variables influyentes en el proceso de radicalización yihadista
Estoy de acuerdo con la experta en terrorismo Hana Jalloul, sobre que la radicalización es un proceso a través del cual un individuo es socializado en una ideología extremista que se puede acabar manifestando bajo la forma de terrorismo, siendo un proceso complejo y multifacético que se desarrolla en distintos niveles.
En base a ello, intentaré en el presente apartado de este artículo arrojar algo de luz sobre los factores y dinámicas que inciden en el individuo para que este se vea arrastrado hacía la radicalización violenta y decida realizar la yihad desde la ideología salafista.
En el estudio antes mencionado del catedrático Rogelio Pascual, de la Universidad Rey Juan Carlos, identifica cuáles son algunas de las características que intervienen en el proceso de radicalización:
Homogeneizadora ideología neosalafista: sus características básicas son la justificación de la violencia como medio legítimo para llevar a cabo la Yihad, incluso utilizando esa agresividad como factor cohesionador.
Socialización a través del odio, la violencia y la radicalización: El individuo se relaciona con otras personas ya radicalizadas que son quiénes le incitan al odio y la violencia abrazando la ideología salafista en su vertiente más extrema.
Influencia de figuras carismáticas y referentes modélicos: los simpatizantes admiran a los líderes terroristas y a los espirituales que les inspiran, que ejercen un gran atractivo para esos futuros terroristas por el prestigio que creen les reportaría unirse a ellos.
Propaganda terrorista, mediante la que se deshumaniza a los objetivos y se justifica la violencia como una forma de venganza o defensa ante continuas supuestas agresiones a su religión .
A continuación, resumiré la clasificación propuesta por el investigador Javier Jordan, de la Universidad de Granada, en su ensayo "Procesos de radicalización yihadista en España: análisis sociopolítico entres niveles", publicado en 2009.
Factores en el nivel macro: son exógenos, relacionados con el entorno social, económico, político y cultural. Se explican mejor cuando se combinan con los otros dos factores que a continuación desgrano. Pero antes, explicar (como dice el profesor Jordán) que ciertas situaciones son aprovechadas por los ideólogos para justificar las acciones violentas. Los conflictos bélicos en Oriente Medio son presentados como humillación y agravio hacia la comunidad islámica por lo que usan las noticias de prensa para legitimar su argumento salafista radical. Para los fundamentalistas que alimentan con sus proclamas el terrorismo yihadista, esos conflictos y la presencia de fuerzas militares occidentales en territorio islámico suponen una continua agresión que justifica por sí sola el uso de la Yihad. Como lo es la situación precaria en la que se hallan en los Países de estilo de vida occidental las comunidades de inmigrantes procedentes de las Naciones araboislámicas. Todo ello es aprovechado por los fundamentalistas para justificar su doctrina radical, que difunden por Internet, lo cual ya de por sí es otro factor macro.
Factores en el nivel micro: aquí, Jordán engloba a los elementos que explican el proceso individual de radicalización. Pueden ser racionales (intentan explicar la violencia a los adeptos a su causa), emocionales que se esgrimen para despertar la rabia de los futuros muyahidines, cognitivos-normativos, estableciendo unos valores morales y de comportamiento que incluyen la obligación de hacer la Yihad y por último identitarios. Éste último es uno de los más importantes ya que es lo que motiva a la mayoría de los yihadistas: el deseo de formar parte de un grupo, adquiriendo una identidad colectiva, la cual, al ser clandestina, resulta mucho más intensa.
Factores en el nivel meso: el entorno o red social que fortalecerá el vínculo del individuo con la" causa yihadista", mediante relaciones de amistad, parentesco, comunidades virtuales (foros o canales de mensajería instantánea que les ponen en contacto con radicales de otros Países). También están algunos oratorios en los que el imam es un integrista, quién selecciona entre los asistentes al rezo a posibles candidatos, estudiándoles previamente, para después citarles en algún sitio diferente donde continuar con la radicalización.
Dentro del último punto, debiéramos incluir la captación en prisiones cuyo ambiente resulta desfavorable y hostil, donde la persona tiene una gran necesidad de formar parte de un grupo que le preste apoyo tanto a nivel de seguridad física como emocional. La afinidad hacia individuos de la misma nacionalidad y la creación de grupos étnicos cerrados puede ser utilizado como mecanismo de captación de futuros yihadistas.
Veamos ahora un estudio diferente, de los investigadores Fernando Reinares, Carola García-Calvo y Álvaro Vicente, para el Real Instituto Elcano, publicado en 2017 (Dos factores que explican la radicalización yihadista en España). Para ellos, la radicalización se produce, o bien mediante el contacto cara a cara u online con un agente de radicalización o por la existencia de vínculos previos (al inicio del proceso) con individuos radicalizados. El efecto de ambos factores (combinados) explica el por qué unos musulmanes se radicalizan y otros no, pese a vivir en unas similares circunstancias sociales y demográficas.
En el estudio, se destaca la importancia del contacto con uno o varios agentes de radicalización (en su mayoría el contacto se produce de manera física), ya que es la vía mediante la cual se adquieren actitudes y creencias del salafismo violento. Estos agentes de radicalización suelen ser individuos que estuvieron implicados en actividades yihadistas, combatientes o exmilitantes que estuvieron en prisión y que son vistos como individuos superiores, aunque también pueden ser amigos o parientes radicalizados e incluso figuras religiosas. Las relaciones sociales previas señalan que los vínculos afectivos con alguien de la red facilitan el proceso de radicalización yihadista, esos lazos pueden ser de vecindad, amistad y parentesco (y son combinables entre sí).
La gran mayoría de radicalizados vía online no presentan vínculos sociales previos; los que sí, un proceso de radicalización mixto (online y offline)
Estos factores, tanto externos como internos, coinciden con otro estudio en el cual se investiga la hipótesis de la radicalización violenta como el resultado de un proceso de manipulación psicológica dirigido conscientemente por un agente radicalizador y carismático; los individuos no son siempre conscientes, según dicho estudio, de que están siendo manipulados. Se trata del ensayo "Indicios de persuasión coercitiva en el adoctrinamiento de terroristas yihadistas: hacia la radicalización violenta", publicado en 2009 por los investigadores Humberto Trujillo, Juan Ramírez y Ferrán Alonso.
Factores que influyen en la militancia yihadista
Existen dos factores influyentes en el mantenimiento de la militancia en un grupo terrorista (en lo que coinciden varios investigadores y analistas)
La cohesión: Esta se ve fortalecida por la percepción de una amenaza externa real o por una inducida a través de la ideología. La concentración en un enemigo exterior facilita a los líderes la coordinación de los esfuerzos en un objetivo común. La cohesión requiere de un liderazgo dirigido a la causa y con características sectarias, los líderes tienen que ser capaces de desarrollar y mantener las creencias y las actuaciones del sistema, controlar los flujos de comunicación ideológica, estimular y recomendar objetivos a los integrantes, transferir los conflictos internos al exogrupo y generar acción de manera constante ya que la inactividad vuelve al grupo más vulnerable.
La lealtad, referida a los sentimientos hacia las personas, líderes y compañeros (más que con las ideas). Bajo la influencia de este valor moral las organizaciones radicales respetan un código de silencio y obediencia ciega a los fundamentos de funcionamiento interno, dificultando así la acción de la justicia y aumentando su eficiencia y supervivencia. Contra mayor sea la lealtad a los objetivos de la causa, mayor será también la obediencia al líder.
Un aspecto fundamental para la continuidad del grupo es la apología y disposición para el combate por parte de los integrantes. Los líderes realizan una reformulación de la realidad percibida mediante manuales, textos, noticias… consiguiendo así un aislamiento, anulación de las influencias externas, pérdida de la identidad personal y relevando la importancia de la acción individual para poder conseguir sus objetivos, dotando de sentido a la acción armada y favoreciendo la cohesión grupal (Moyano y Trujillo, 2013).
Por último cabe destacar el estudio de Peter Waldmann, sociólogo y experto en violencia y terrorismo, titulado "Radicalización en la diáspora: por qué musulmanes en Occidente atentan contra sus países de acogida", publicado en 2010. El término “diáspora” debe ser entendido como un grupo o grupos de personas que residen en un país que no es en el que nacieron o se criaron pero manteniendo aún fuertes vínculos con su País de origen. Ahora bien, no todas las comunidades de inmigrantes pueden considerarse diásporas pues muchos están desarraigados, no sienten ya ninguna relación cultural ni tampoco intención de regresar. Para que verdaderamente podamos considerarlo diáspora si dichos inmigrantes consideran un objetivo retornar antes o después a su País natal. Ello puede contribuir a que no terminen de arraigarse en la sociedad de acogida.
Se puede mantener el sentimiento de diáspora con las siguientes generaciones, aunque no hayan nacido en el País de sus padres o abuelos pero tampoco se sientan arraigados en la sociedad que les acoge, que por otro lado ya es la suya puesto que es el País en el que han nacido, pero no terminan de sentirse nacionales de dicho Estado. No tienen clara su identidad nacional porque se sienten desplazados por su condición étnica o religiosa, generándose tensión si son discriminados por ello. Es una de las razones por las que algunos de ellos abrazan ideas radicales. Esto pudiera llevar al individuo a una reorientación psíquica en la cual puede llegar a desarrollar una obsesión ya que esta dualidad es vista como una carga y presión constante, adhiriéndose el individuo a una verdad inamovible, la que le presenta el radicalismo de la idea u organización que cree responde a su dilema, otorgándole una identidad.
Adría Carrasco es colaborador de la Red SAFE WORLD, especializado en criminología forense y ejecución penal por la Universidad de Barcelona y Máster sobre fenomenología terrorista de la Universidad de Granada
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