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Foto del escritorAdolfo Estévez

Charles Manson y su "familia"

Se creyó un mesías pero era un asesino al frente de una secta destructiva

Manson en la sala del juicio contra él junto a una miembro de su secta
Manson en el jucio contra él y su secta

Es una de las personas más odiadas de los Estados Unidos y tal vez del Mundo entero porque puede que muchos no sepan, a ciencia cierta qué hizo, pero casi todos le tienen como referente del mal.


Más de medio siglo ha transcurrido desde la celebración del juicio que hizo vomitar a más de uno de los miembros del jurado ante la espeluznante imagen de los cadáveres que dejó la secta liderada por Charles Manson. Alguno de los componentes de ese desquiciado grupo sigue en prisión.


La sociedad no estaba preparada para la locura de Manson

Foto con ficha policial de Manson en 1968
Manson detenido en 1968

Hasta el juicio contra la secta liderada por Manson no se había visto nada parecido, lo que no significa que no hubiera habido crímenes atroces, sino que no habían saltado a la opinión pública del modo en que lo hicieron los cometidos por él y la que llamaba su familia.


Habían asesinado a una estrella del cine y unos amigos de forma horrible en la lujosa Beverly Hills.


Estudiosos de la época hippie consideran el suceso como el final de ese período en el que los jóvenes se manifestaban en protesta por la política belicista del País.


Se abogaba por la no violencia en todos los sentidos, pero una secta que aparentemente representaba esos valores cometió unos atroces crímenes que empañaron al movimiento pacifista.


Charles Manson murió en 2017 de muerte natural en la prisión en la que se hallaba. Nunca ningún juez tuvo la más mínima duda de que debía pudrirse en la cárcel pues su mente perversa no merecía otro final.


Se ha intentado explicar la personalidad de Charles Manson, como que tuvo una infancia muy difícil, entrando y saliendo constantemente de reformatorios.


A la salida de la cárcel, la primera vez que estuvo en ella, en 1967, es cuando crea su “familia” con un grupo de seguidores desquiciados que se lleva a un rancho llamado Spahn, que en su momento se alquilaba para rodajes. Cuando ellos llegan está prácticamente abandonado.


En el juicio de 1970 por sus crímenes, Manson apareció con una “X” grabada en la frente.


Cuando se le preguntó por ello dijo que simbolizaba lo excluidos que se consideraban de una sociedad de la que no querían formar parte.


Transcurrido un tiempo, Manson, convertido ya en una celebridad (lo cual era su deseo desde un principio), modificó su “X” en una esvástica, viéndose claramente por qué derroteros iba su desquiciada ideología racista.


A pesar de no ser alguien con físico atractivo, se convirtió en guía para muchas mujeres a las que recogía por andar vagabundas, convirtiéndose en una especie de protector que les embaucaba con sus ideas estrafalarias. Estas mujeres vieron la posibilidad de ser parte de algo, pues hasta ese momento no eran más que unas desdichadas sin rumbo.


La madre de Manson fue una alcohólica que también vagaba de un lado para otro y que se desentendió de él por dinero. Charles acabaría igual, siendo adolescente, robando y entrando constantemente en el reformatorio.


Se sumergió en las filosofías orientales y en todo lo esotérico creando una doctrina de lo más artificial y paranoica. Una mescolanza de budismo, interpretado a su manera desquiciante y ritos de satánicos que terminarían por trastornarle del todo. Se empapó de todo ello en prisión, pues volvería a las andadas. De hecho, sería en la cárcel donde se interesó también por la música.


Aunque Charles Manson solicitó la libertad condiciones en innumerables ocasiones, también fueron muchas las conductas agresivas en prisión que recomendaban que no se le concediera


La Junta de Libertad del Estado de California, la institución que revisa si se les concede la libertad condicional o no a los presos de las cárceles californianas, lo tuvo claro: era un paranoide esquizofrénico manipulador y extremadamente controlador. Con lo cual y debido a las numerosas conductas agresivas en la cárcel nunca se le concedió la libertad condicional tras los asesinatos.


Los crímenes de Charles Manson

Sharon Tate
Sharon Tate, asesinada por la "familia" de Manson

Sharon Tate, esposa del director de cine Roman Polanski, quién salvó la vida porque se hallaba fuera del País, fue quiñén se llevó la peor parte en los crímenes de la secta.


Lo más tétrico es que en realidad no eran objetivo de Manson. Les mataron a ella y sus huéspedes porque se hallaban en el lugar equivocado.


Cuando llegan los componentes de la secta de Manson a la casa de Roman Polanski y Sharon Tate, éstos les dicen que ahí ya no vive la persona por la que preguntan.


Se trata del productor musical Terry Melcher, muy conocido en la época, hijo de la actriz Doris Day. Ésta última, en la década anterior, representó lo contrario del movimiento hippie: el modo de vida estadounidense de los años 50 que idealizaba a la clase media conservadora.


Melcher era muy distinto a su madre ya que adoptó la contracultura psicodélica con los brazos abiertos y compuso temas muy conocidos asociados a la misma. Se relacionó con el archiconocido grupo “Beach Boys” (el surf de los 60 era muy compatible con la cultura hippie), conociendo a Charles Manson a través de uno de los miembros de la banda, Dennis Wilson.


Al parecer, el desquiciado iluminado soñaba con ser una estrella del rock psicodélico, el cual se había hecho muy popular entre la juventud estadounidense hippie tras el espectacular concierto de Woodstock.


Manson creyó que tenía dotes para ser un referente dentro de ese movimiento popular, pero necesitaba financiación por lo que acudió a Terry Melcher, que rechazó producir a Manson al no considerarle un buen músico.


Manson se enfadó de tal modo que envió a varios de sus seguidores a la que creía que seguía siendo la residencia del productor musical. Sin embargo, en esa mansión ya no vivía Melcher sino el matrimonio Polanski. Los seguidores de Manson no se lo creen e insisten, por lo que son echados de la propiedad.


Charles Manson idea en ese momento agredir a los Polanski, por lo que regresan cometiendo el crimen de todos conocido.


Sharon Tate se llevó la peor parte. Les dio igual que estuviera en avanzado estado de embarazo (le faltaba solo un par de semanas para dar a luz, siendo el motivo por el que no acompañó a su marido en Londres). Tate les pidió que le permitieran vivir puesto que estaba embarazada y a punto de dar a luz, pero hicieron lo contrario. Fue la que más puñaladas se llevó (40).


Los amigos del matrimonio que fueron también asesinados eran Jay Sebring, conocido como el peluquero de las celebridades, propietario de una cadena de peluquerías y también actor. Había sido pareja de Tate antes de que la actriz se casara con Polanski, manteniendo el peluquero una excelente relación con ambos.


Roman le presentó a Sebring un amigo que invirtió en el negocio de peluquería del segundo ayudándole a expandirse; se trataba del escritor Wojciech Frykowski, quién estaba la fatídica noche con ellos y la pareja de Frykowski, la hija del magnate del café Peter Folger. También fueron asesinados.


Abigail Folger era conocida por su obra social con colectivos desfavorecidos. En el jardín de la casa le asestaron tantas puñaladas que el camisón blanco de la víctima estaba completamente rojo cuando llegó la Policía.


Según algunos de los miembros de la "familia" de Manson, éste les dio las siguientes instrucciones: “destruir a todas las personas” y “hacerlo lo más horrible que puedan”, refiriéndose a quiénes hallaran en la casa de los Polanski cuando llegaran a la misma.


Steven Parent era un joven de tan solo 18 años que escogió la peor noche para intentar venderle un reloj al encargado del mantenimiento de la mansión alquilada por los Polanski.


Como no pudo vender el reloj, se marchó en su vehículo. Cuando se disponía a salir de la finca, bajando la ventanilla para accionar el control remoto del portón de acceso, Tex Watson aprovechó para entrar (seguido de sus compinches), matando a Parent a puñaladas y disparos a bocajarro.


Susan Atkins contó con sangre fría a la Policía cómo mataron a sus víctimas, ensañándose con Tate que les pidió que le permitieran vivir puesto que estaba embarazada y a punto de dar a luz, pero hicieron lo contrario. Fue la que más puñaladas se llevó (40).


La noche siguiente, en la zona de Franklin Hills, matan al matrimonio LaBianca. Fue una segunda carnicería igual de sádica. A Rosemary Labianca le asestaron 16 puñaladas. En una pared escribieron con la sangre de la víctima: “Alzáos”, “Muerte a los cerdos”.


En la nevera de casa de los Labianca, escribieron también con sangre: Healter Skelter; lo había escrito mal porque lo que quería poner era Helter (sin la “a”), refiriéndose a la canción de los Beatles con ese nombre que para el grupo de Manson era como un himno.


Consideraban a los miembros de la mítica banda inglesa como los cuatro jinetes del Apocalipsis y que en algunas de sus canciones anunciaban el final de los tiempos en clave.


Dejaron en el cadáver de Leno Labianca un tenedor y un cuchillo clavados en su cuerpo y con total normalidad jugaron con los perros del matrimonio.


Mataron a Donald Jerome Shea, que era un actor que hacía de extra en escenas de riesgo.


Shea vivió en el rancho con la familia de Manson un tiempo porque ya estaba allí cuando llegó la secta. Pero el líder era racista por lo que despreciaba a Shea al casarse con una mujer negra. Cuando decide marcharse del rancho con su esposa, Manson le señala como confidente de la Policía ya que poco después de su marcha se llevó a cabo una redada en la finca.


En su afán por conseguir financiación, diez días antes de asesinar a Sharon Tate y sus amigos, Manson envía a varios componentes de su “familia” a ver a Gary Allen Hinman, un profesor de música que comulgaba con el ideario hippie y que se relacionaba con ellos.


Creían que tenía dinero de una reciente herencia. A pesar de la relación que tuvieron, torturaron a Hinmann de modo espantoso durante dos días, siendo los autores Bobby Beausoleil, Mary Brunner, Susan Atkins y el propio Charles Manson. Le golpearon brutalmente, Manson le hizo un tajo en la mejilla izquierda con una espada y finalmente le dieron dos puñaladas que acabaron con su vida.


La Familia de Charles Manson

Bruce McGregor Davis (primero de la galería) era la mano derecha de Manson, siendo quién ayudó a Steve Grogan (siguiente en la galería) en el asesinato de Jerome Shea, sin embargo, McGregor sigue en prisión (tiene 79 años) pero a Grogan se le concedió la libertad condicional en los años 80.


Se consideró a Grogan sin suficiente intelecto como para idear los crímenes. Simplemente se dejó llevar; como si eso fuera excusable. Además, colaboró con la Policía revelando el lugar donde hallarían el cadáver de Shea.


Susan Atkins probó la sangre de Sharon Tate, escribiendo con el fluido vital de la actriz la palabra "cerdos" en la puerta de la vivienda (tercera imagen de la galería superior).


Mike Love, fundador de la mítica banda “The Beach Boys”, tuvo en una ocasión como niñera para su hija a Susan Atkins. Seguro que le entraron escalofríos cuando se enteró de lo que hizo unos meses después en la casa de Sharon Tate.


Atkins murió de cáncer en 2009.


Patricia Krenwinkel, (a) Katie, fue una de las más sanguinarias del grupo. Es la que apuñaló a Abigail Folger, incluso mientras huía, en el jardín de la casa.


Patricia mató también a Rosemary LaBianca junto a Leslie Van Houten, siendo la que dejó en el cadáver de Leno Labianca los cubiertos clavados en su cuerpo.

Van Houten, juicio de apelación
Leslie Van Houten, 2019

A Leslie Van Houten le han negado las continuas peticiones de libertad condicional que ha solicitado desde los años 80. Y es que la susodicha fue quién propinó 16 puñaladas a Rosemary Labianca. Es más, cuando recordaba en el juicio de 1970 la acusación sus atrocidades, ella no paraba de reír.


En el imaginario popular de California, donde se produjeron los asesinatos, la “familia” de Manson siguen siendo el mal en estado puro, incluso transcurrido medio siglo. En la revisión de la condena de Leslie Van Houten, en 2022, el gobernador de California se negó a indultarla por seguir considerándola una amenaza para la sociedad.


Actualmente, Van Houten tiene 72 años, y aunque cuenta con certificados de buena conducta en prisión, no terminan de fiarse de ella. Fue condenada a cadena perpetua y ciertamente pareciera que la pena se vaya a cumplir hasta el fin de sus días.

Foto de prisión de Tex Watson, 2004
Tex Watson, 2004

Tex Watson participó tanto en el asesinato de Tate y sus amigos, como en el del matrimonio Labianca y en el de Steven Parent.


En la actualidad tiene 76 años y según reconoció él mismo, unos pocos años después de los asesinatos se convirtió al cristianismo. Pero cuando mató a Tate y los demás inquilinos en la casa de la actriz, la noche trágica del 69, en Beverly Hills, no tuvo en cuenta el llamamiento a la no violencia de la cultura hippie, si bien declaró que quién le incitó a hacerlo fue Charles Manson.


Linda Kasabian acompañó a los asesinos, pero no participó en los crímenes e incluso su testimonio sirvió para dilucidar lo sucedido e inculpar a Manson y compañía, por lo que se le ofreció la libertad a Kasabian. Esta medida fue muy criticada ya que a fin de cuentas ella no impidió los asesinatos ni avisó a la Policía inmediatamente después.


Tres meses después de los terribles acontecimientos, la familia de Manson fue detenida en otro rancho al que se trasladaron, Barker Ranch, pero no por los asesinatos sino por el robo de un vehículo que detectaron en esa finca.


Si se supo que eran también unos asesinos es porque en la cárcel Susan Atkins se lo confiesa a otra reclusa.


Sería en noviembre de 1969 cuando se investiga la relación de los compinches de Manson con los asesinatos y atando cabos se inicia la búsqueda y detención de los miembros más sanguinarios de la familia.


Tex Watson es detenido en Texas y ya en 1970 se lleva a cabo el juicio contra todos ellos, .

Cuatro mujeres de la Familia Manson con la "x" en la frente

Otras mujeres de la familia se grabaron también la “X” que lucía Manson en su frente, tanto las acusadas como las que no habían sido detenidas y esperaban fuera del lugar donde se celebraba el juicio. Éstas últimas se convirtieron en una atracción turística, con sus cabezas rapadas y su estrambótico discurso.


Una de las que permanecía en el exterior del juzgado fue Lynette "Squeaky" Fromme, quién años después atentaría contra el presidente Gerald Ford, sin éxito, siendo encarcelada, saliendo de prisión en 2009.


Con los años, algunos de los miembros de la familia se arrepintieron de haberse grabado la “X” e intentaron quitársela, pero solo pudieron con cirugía plástica.


En 1967 y con una nueva relación sentimental (con una bibliotecaria llamada Madison Brunner) inició su trayectoria mesiánica. Con Brunner crea la familia formada por mujeres a las que, como decíamos, moldeaba su mente con ideas apocalípticas, creyendo éstas encontrar un sentido a su vida desestructurada.


Manson aprovechó que el movimiento hippie, en auge por entonces, pregonaba las comunas del amor libre con lo que no le resultaría demasiado complicado conseguir adeptos.


Primero se instalaron en un viejo autobús escolar que acondicionaron para acogerles a todos, con almohadones, recorriendo los Estados Unidos. Para sobrevivir, las mujeres se prostituían y Manson gestionaba los ingresos.


Se convirtió en el gurú de una secta al que se le creía poderes sobrenaturales, dándoselas de curandero.


Una vez se produjeron los asesinatos, el sueño de Manson de convertirse en alguien famoso se produjo, pero no por sus cualidades musicales sino por su locura. Los medios tuvieron gran culpa de ello. Le convirtieron en un mito.


Las maquetas que había grabado en el estudio de Dennis Wilson, el componente de los Beach Boys con el que se relacionaba, se volvieron muy preciados cuando Manson saltó a conocimiento de la opinión pública por sus atrocidades. De hecho, un cuarto de siglo después, la banda Guns & Roses haría versiones de sus canciones.


Se han escrito libros sobre él e incluso el propio Manson concedió entrevistas a la prensa. Y es que, en ocasiones, hacemos merecedores de nuestra atención a verdaderos monstruos lo que nos debiera dar que pensar.

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