Marruecos ya ha comprobado la vulnerabilidad de la ciudad española cuya soberanía reclama; la imagen de España queda maltrecha
La situación que está viviendo Ceuta en estos días es muy preocupante: 200 agentes han reforzado el contingente de los Cuerpos de Seguridad, con el apoyo de las Fuerzas Armadas, ante la avalancha de inmigrantes irregulares.
Los sindicatos policiales y asociaciones profesionales de la Guardia Civil llevan años advirtiendo de que deben aumentarse las plantillas en las dos Ciudades Autónomas españolas en el norte de África. Los asaltos a las vallas fronterizas son continuos, pero nunca como el actual.
Se calcula que unas 8.000 personas han atravesado la frontera con Ceuta, según la Delegación del Gobierno en la ciudad; según otras fuentes, pudieran ser hasta 10.000 personas. Entre ellos hay en torno a 1.500 menores de edad, que no pueden ser devueltos a Marruecos hasta que se garantice su bienestar. Es una gran irresponsabilidad de las autoridades marroquíes permitir que dichos menores se arriesguen a semejante aventura sin ir acompañados de adultos.
La estadística policial indica que desde el inicio del año habían llegado a Ceuta 389 inmigrantes irregulares, un 146 % más que en el primer cuatrimestre de 2020. Ahora, y en solo dos días, se ha disparado a casi 9.000, que se tenga conocimiento, ya que muchos no son interceptados.
El día 17 de mayo se difundió el rumor de que la frontera con Ceuta estaría sin vigilancia por parte marroquí, produciendo un "efecto llamada" sin precedentes. Entre la noche del 17 y el 18, el goteo de personas ha sido incesante.
Momento delicado entre Marruecos y España
La invasión migratoria ya ha sido comparada con la “Marcha Verde” que en 1975 envió el padre del actual rey marroquí al Sáhara Occidental, entonces Provincia española, para hacerse con dicho territorio, lo que actualmente ha conseguido de facto con el ejército marroquí desplegado por lo que Marruecos denomina "Provincias Meridionales". En su expansión, Marruecos ha chocado con el Frente Polisario, al que ya en su día se enfrentaron las tropas españolas.
Sin embargo, se ha trasladado a un hospital de España al secretario general del Frente Polisario, Brahim Ghali, para que se recupere de la COVID-19, lo que ha enfurecido al Gobierno marroquí, que dice no entenderlo pues, para Marruecos, Ghali es un terrorista que también combatió a España tiempo atrás.
Hoy en día, la situación es diferente con respecto a la existente cuando España se retiró del Sáhara Occidental a mediados de los 70. El Estado español no se encuentra en un momento interno de inestabilidad política como sucedía en 1975 cuando el dictador Franco agonizaba y había una gran incertidumbre sobre cuál sería el futuro del País.
En la actualidad, la democracia española goza de buena salud y si bien el Gobierno es una coalición de dos formaciones políticas que no terminan de entenderse en no pocas cuestiones, la estabilidad española está fuera de toda duda. Pero se ve que Marruecos no lo considera así, por lo que se cree con la fuerza suficiente como para castigar a España incumpliendo una y otra vez el tratado entre ambos Países en materia de vigilancia fronteriza e inmigración, firmado en 1992.
Para el Gobierno marroquí, lo cual ha dejado claro su embajadora en España, el traslado de Ghali a la Península Ibérica es incomprensible teniendo en cuenta que se trata de un individuo que está siendo investigado por la Audiencia Nacional española por delitos de genocidio, asesinato, torturas y desapariciones contra los disidentes saharauis que no aceptan al Frente Polisario en la zona que controlan.
Muy distinto sería que, aprovechando que se halla ingresado en un Hospital, sea custodiado por la Policía e interrogado cuando se encuentre mejor y no se le permita la salida de España mientras dure la investigación judicial.
El Juzgado Central de Instrucción Número 5 de la Audiencia Nacional está tramitando una querella por la que se pide explicaciones al Gobierno español acerca de la entrada en el País de Ghali con documentación falsa (con el nombre Mohamed Bembatouche, según la acusación).
Por otro lado, el líder polisario se enfrenta a otras denuncias: la presunta violación de una joven además de a la que estaba previsto que acudiera como acusado el próximo día uno de junio, para responder a la acusación de tortura de un bloguero disidente.
La prensa alemana se ha hecho eco del asunto porque Ghali iba en principio a un Hospital alemán pero las autoridades teutonas le negaron la entrada por lo que finalmente recaló en España. Y no es que Alemania lo hiciera por no molestar a Marruecos, puesto que cuando Estados Unidos reconoció la soberanía marroquí del Sáhara Occidental, Alemania se posicionó del lado de España y negó dicho reconocimiento. Sencillamente se le denegó la entrada a un individuo sobre el que recaen sospechas de genocidio y en cambio el Gobierno español sí le acoge alegando razones humanitarias, cuando Ghali cuenta con amplios recursos a su disposición y el apoyo incondicional de Argelia.
Sin embargo, la ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya, no vio como un problema en las relaciones diplomáticas con Marruecos atender a Ghali; de hecho, como si no sucediera nada, continuaba preparando la próxima cumbre hispano-marroquí que había quedado aplazada por la pandemia y que ahora se desconoce cuando se celebrará.
Ahora bien, decir que no esperaban ninguna reacción de Marruecos es una torpeza de órdago cuando el Ministerio de Asuntos Exteriores, Cooperación africana y Residentes Marroquíes en el Extranjero advertía claramente de las consecuencias del traslado de Ghali a España sin haber consultado antes a Marruecos en su cuenta de Twitter.
La embajadora marroquí, Karima Benyaich, declaró a los medios que hay actos en las relaciones diplomáticas que necesariamente tienen consecuencias que han de asumirse.
En el Gobierno marroquí, también expresó su disgusto Mustafá Ramid, ministro de Derechos Humanos y Relaciones con el Parlamento.
Ramid, quién presentó su dimisión por motivos de salud en febrero pasado, aunque se retractó posteriormente, ha mencionado en su cuenta de Facebook que España no tuvo en cuenta su relación de buena vecindad con Marruecos - de la que tanto habla el Gobierno español - al acoger en su territorio a un independentista como es Brahim Ghali, que combate de forma violenta contra el ejército marroquí en el Sáhara Occidental. Para Ramid, semejante acción, además introduciendo a Ghali en España con una identidad falsa, es una acción irresponsable que Marruecos no debe aceptar e incluso lanza la pregunta: ¿Y si Marruecos hiciera lo que hizo España?
Resulta curioso que Marruecos quiera enseñar a España lecciones de moralidad y buena vecindad y que lo haga el ministro para los derechos humanos cuando brillan por su ausencia en ese País. De hecho, el ministro Mustafá Ramid declaró a los medios que la homosexualidad es una desviación que debe seguir estando penada por la ley marroquí, recogido en el Código Penal de Marruecos, que la penaliza con hasta tres años de prisión por "conducta antinatura" en personas del mismo sexo.
El ministro de exteriores marroquí, Naser Burita, tachó a Brahim Ghali de esclavista, criminal y genocida no entendiendo tampoco la reacción de España hacía el líder saharaui lo que para él no tiene sentido, advirtiendo en su momento igualmente de las consecuencias que pudiera acarrear.
Todo lo anterior deja en mal lugar a la ministra española que aseguraba que lo sucedido en Ceuta no se debe a ninguna represalia marroquí. Ante la evidencia, se ha visto obligada a rectificar declarando a los medios que ha comunicado su indignación a la embajadora marroquí, la cual, por cierto, ha sido llamada a consultas por el Gobierno de Marruecos, imagino que para recibir instrucciones.
El Gobierno marroquí avisó de que el traslado de Ghali a España suponía un ataque a la buena vecindad
Así las cosas parece que, en respuesta a la operación española que supuso evacuar al líder saharaui a territorio español, las autoridades marroquíes han esperado al momento idóneo para abrir las fronteras o más bien para relajar el control de las mismas permitiendo la entrada masiva de inmigrantes en la ciudad española de Ceuta, donde los efectivos de los Cuerpos de Seguridad son insuficientes para contenerles.
Circula un video en redes sociales y medios de prensa sobre la descarada inacción de las Fuerzas de Seguridad marroquíes:
Puede verse en el vídeo anterior como los guardias fronterizos abren la verja sin problemas de ningún tipo.
El paso de miles de inmigrantes a Ceuta coge al Ministerio del Interior desprevenido por no haber reforzado en su momento la frontera. Hacerlo ahora es llegar tarde a un incidente más que previsible que no se entiende se demore tanto, cuando además, el propio ministro Marlaska ha declarado en más de una ocasión que la inmigración irregular es una prioridad para él.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, suspendió su viaje a Francia para desplazarse en helicóptero a Ceuta trasladando así su apoyo al presidente de la Ciudad Autónoma y al pueblo de Ceuta. Pero a su llegada al helipuerto fue abucheado por un centenar de vecinos.
La pandemia agrava aún más la situación
La Ciudad Autónoma de Ceuta está desbordada porque la “invasión” (como la denomina el presidente de Ceuta), se ha producido en un momento de pandemia por lo que se corre un riesgo muy alto de que esas personas contagien a otras y se produzca un repunte de casos.
No había distanciamiento entre los inmigrantes, lógicamente, que entraron en masa. Los que han sido detenidos deben ser puestos en cuarentena. La campaña de vacunación, además, se suspenderá el día 19 hasta que se solucione la situación y las calles vuelvan a ser seguras para los ciudadanos. Hablamos de una población, la ceutí, de la que solamente el 12,7 % ha sido vacunada con la pauta completa de dosis.
Los inmigrantes irregulares no se dejan atrapar, evidentemente, por lo que se resisten y ello supone un alto riesgo de contagio para los agentes por el posible contagio (recordemos que a policías y guardias civiles solo se les ha puesto una dosis de la vacuna AstraZeneca).
El sindicato de enfermería SATSE ha recomendado a los ciudadanos de Ceuta que lleven mascarillas de alta protección FFP2, cuando salgan a la calle, puesto que los miles de inmigrantes llegados a la ciudad van sin ninguna mascarilla, no contemplando entre ellos la más mínimas medidas de seguridad anti-COVID, desconociéndose quiénes pudieran estar contagiados.
Las poblaciones marroquíes cercanas a Ceuta, en especial la localidad de Castillejos (en Marruecos la conocen como Fnideq), a tan solo dos kilómetros de España, han visto como sus vecinos marchaban a Sebta (como conocen allí a Ceuta) sin que ningún policía del País vecino lo impidiera.
En Marruecos no han cesado las restricciones a la movilidad de personas por la pandemia, como sí ha sucedido en España, por lo que allí aún persiste el “toque de queda” nocturno; sin embargo, no fue impedimento para que Castillejos se llenara de personas procedentes de lugares de todo Marruecos, preparándose para su marcha a Ceuta, incluso con maletas no pocos de ellos.
Esperaron a que la vigilancia policial en la frontera se relajara de nuevo, de madrugada, tras la primera incursión multitudinaria, entrando sin problemas en Ceuta y en masa, tanto a nado como a pie bordeando la valla fronteriza en los lugares menos vigilados por España (al confiar que los agentes marroquíes se hallan en esos puntos).
Los centros habilitados para acoger a los menores se han desbordado
Tampoco las naves industriales en las que se asiste a los migrantes dan abasto, entre ellas una preparada para la cuarentena por el coronavirus.
Los Cuerpos de Seguridad españoles optaron por anteponer la integridad física de los inmigrantes antes que repeler la avalancha, lo que con tan escasos efectivos era imposible, realizando labores de rescate para que no peligrara su vida, junto a la Cruz Roja. De hecho, salvaron a muchos de ellos de morir ahogados teniendo en cuenta los rudimentarios medios con los que atravesaron el embravecido mar.
Por su parte, el ejército no solo ha montado controles apoyando a la Guardia Civil sino también dona literas para los inmigrantes reubicados en los centros de retención temporales. Tanto la Legión como el Cuerpo de Regulares han activado sendos dispositivos de colaboración con las Fuerzas de Seguridad y Cruz Roja.
El norte de Marruecos es una zona muy deprimida económicamente, donde los jóvenes tienen pocas opciones laborales, cayendo muchos en las redes del contrabando y el narcotráfico. El cierre de fronteras por la pandemia les ha cerrado las pocas puertas que tenían abiertas para subsistir.
Melilla: cuando veas las barbas de tu vecino pelar...
Las autoridades de la otra ciudad española en el norte de África, Melilla, se preparan para una situación similar a la que está viviendo Ceuta. De hecho, decenas de personas llegaron, igualmente a nado, siendo en este caso subsaharianos en su mayoría en la madrugada del día 18. Posteriormente, en la noche de ese mismo día, un numeroso contingente se desplazó hasta la frontera pero en esta ocasión hallaron una fuerte vigilancia tanto en el lado marroquí como en el español.
Ahí tenemos la prueba de que si la Policía marroquí hace su trabajo en la frontera los inmigrantes no la cruzan, como también sucedió por la tarde del día 18, cuando un despliegue marroquí impidió que cruzaran más inmigrantes hacia la frontera con Ceuta.
Con lo que probablemente no contaba Marruecos es con el respaldo incondicional europeo hacia España. El Alto Representante de la U.E. para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, el español Josep Borrell, ha dejado claro que la Unión está del lado de España, con lo que Marruecos no ha conseguido dejar en mal lugar al Estado español con sus socios europeos.
Los altos dignatarios de la UE muestran su apoyo sin reservas a España
La intervención de las Fuerzas Armadas y de Seguridad españolas ha sido magnífica, primando la integridad física de los migrantes a pesar de la violencia con la que se encontraron en algún momento tenso los policías y soldados españoles. Aún así, buscaron en todo momento que la vida de las personas que atravesaban la frontera no se viera en riesgo, ayudando en numerosos salvamentos para que los que cruzaban a nado no se ahogaran. Pero era tal la avalancha, que no pudo impedirse que una persona muriera, por la que los agentes no pudieron hacer nada, aunque intentaron reanimarle.
La imagen que tal vez esperaba el Gobierno marroquí de carga policial contra los migrantes no se ha producido, con lo que quiénes quedan mal ante el Mundo son las autoridades marroquíes al permitir que miles de migrantes atravesaran la frontera, entre ellos muchos menores, con un alto riesgo para sus vidas.
Ante la posibilidad de que suceda lo mismo en Melilla que en Ceuta, la Legión ya colabora con las Fuerzas de Seguridad en la vigilancia de la frontera y patrullando las calles de ambas ciudades. Gracias a este despliegue, se ha impedido una nueva avalancha en Melilla, actuando con la misma profesionalidad que en Ceuta.
En las ciudades norteñas de Marruecos son frecuentes las manifestaciones populares de protesta ante el olvido del Gobierno marroquí por esa región. Si además, las mafias se nutren también del tráfico de personas que atraviesan la frontera de modo irregular, la corrupción administrativa es una realidad viéndose en los contingentes de inmigrantes no solo subsaharianos sino también marroquíes.
La preocupación de las ONGs son los menores pues observan como aumentan los que se aventuran a marchar solos hacia España, entrando de modo ilegal para buscarse la vida en Europa. Observan como sus amigos, los que lo consiguieron anteriormente, se comunican con ellos diciéndoles que viven muy bien en España por lo que no dudan en intentarlo también ellos.
Pero no solo acudieron al efecto llamada para cruzar la frontera con España poblaciones del norte de Marruecos, sino otras más lejanas como Fez, a cinco horas de camino e incluso subsaharianos que esperaban su oportunidad y la aprovecharon.
En teoría, existe un acuerdo con Marruecos sobre inmigración, firmado en 1992, pero las autoridades marroquíes han hecho con ese documento lo que les ha interesado según el momento. No son pocas las veces que Marruecos desestimaba la entrega de inmigrantes detenidos en suelo español alegando que las autoridades de España no podían demostrar que fueran marroquíes. En otras ocasiones, Marruecos aceptaba a los inmigrantes pero se les dejaba abandonados a su suerte en algún paraje desértico del sur del País.
La situación actual, en cambio, arrastrada desde hace un par de años, es la más grave. El presidente Sánchez, tras su visita a Ceuta, se trasladó a Melilla para mostrarle su respaldo al presidente de esta segunda ciudad que vive angustiada lo que sucede en Ceuta por su cercanía a Marruecos, además de haber sufrido en ocasiones asaltos multitudinarios también a su frontera.
La angustia de los ciudadanos de Ceuta
Es innegable que la Barriada Príncipe Alfonso es germen de criminalidad y radicalismo; hacia sus calles huyeron cientos de los inmigrantes que entraron irregularmente. "El Príncipe" es un lugar idóneo para esconderse, no solo por el posible apoyo de familiares (muchos de los inmigrantes que han entrado portaban teléfonos móviles), sino porque las calles son oscuras: hace menos de un mes tirotearon las farolas y en ocasiones las patrullas policiales se han enfrentado a lluvias de piedras y adoquines. Tampoco es rara la intervención de los bomberos apagando pequeños fuegos o vehículos incendiados.
No nos engañemos. Desde luego que la mayoría de los que entraron seguramente son personas que buscan una vida mejor que la que tienen en Marruecos. Pero España no cierra sus puertas a quiénes quieran hacerlo de modo legal. De hecho, en Ceuta residen permanentemente en torno a 5.300 marroquíes, con trabajos regularizados, contribuyendo a la prosperidad de la ciudad al mismo tiempo que ayudan a sus familias.
Sin embargo, cientos de los inmigrantes que se agolparon junto a la verja fronteriza lanzaban piedras contra los agentes de policía y soldados mostrando una inusitada violencia. Son momentos difíciles para los Cuerpos de Seguridad y militares ya que realizan numerosas intervenciones por peleas entre los inmigrantes y desalojos de viviendas vacías en las que se esconden huyendo de la Policía.
De momento, los Cuerpos de Seguridad ya han devuelto a Marruecos a 4.000 inmigrantes, por lo que quedan otros tantos deambulando por Ceuta, lo que atemoriza a la ciudadanía.
Más de la mitad de los estudiantes no han ido a clase por temor y muchos comercios han cerrado para evitar robos o saqueos.
Varias ONGs ya han pedido que se traslade a los menores inmigrantes a centros adecuados en la Península pues Ceuta no tiene capacidad para atenderles debidamente y tampoco pueden ser devueltos.
La mayoría andan sin rumbo por las calles de la ciudad, escondiéndose cuando ven pasar a la Policía o las patrullas de soldados, pero algunos mostrándose desafiantes con los ciudadanos, parando incluso el tráfico urbano. Se trata de adolescentes que creen que en España todo se les permitirá a diferencia de lo que les sucede en Marruecos. Hay mucho trabajo que hacer con ellos para hacerles comprender que en las sociedades democráticas el civismo es una máxima. El problema está en que no es lo que viven en su País con lo que les cuesta entenderlo.
Afortunadamente, son pocos los violentos y muchos más los que sí que buscan un futuro esperanzador, deseando encontrarlo en España.
Concluyendo: el Gobierno marroquí acusa a España de acoger a un terrorista, pero ellos no dudan en abrir la frontera con el riesgo que supone para la vida de las personas permitir la entrada masiva de inmigrantes sin mascarillas ni distanciamiento social, en tiempos de pandemia.
Por otro lado, deja que cientos de menores se dirijan a una vida de futuro imprevisible por no darles alternativas u oportunidades, por lo que se separan de sus familias llevando a cabo actos ilícitos como entrar en un País de forma irregular y sin la protección de adultos.
Debe protegerse a esos menores y darles el apoyo necesario en España para que comprendan que es posible una vida en la que estudien y consigan un trabajo. En Marruecos no se está por la labor pues a su Gobierno le interesa más invertir las ayudas que le llegan tanto de España como de la Unión Europea para el desarrollo del País (y así frenar la marcha de su población hacia Europa) en potenciar su arsenal militar. Esta es la prioridad del rey de Marruecos y su séquito de ministros que él escoge personalmente (si a él no le gustan los desautoriza).
¿Por qué entonces la UE y España aceptan el chantaje continuo de Marruecos? Porque más vale tener eso a un País desestabilizado donde campen a sus anchas el terrorismo yihadista o las organizaciones criminales, lo que hasta ahora el Gobierno marroquí mantiene a raya.
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