El terrorismo acecha; ten en cuenta estas medidas que pueden salvarle la vida
El gran enemigo de la sociedad actual, el terrorismo, no descansa. El yihadismo aprovecha las aglomeraciones de personas. Los terroristas, ya sean suicidas o formando parte de una organización, han fijado sus objetivos en todo aquello que atraiga en masa a los turistas o ciudadanos.
En diciembre de 2016, Anis Amri, de 24 años de edad, atentó contra el mercado navideño de Berlín, causando 12 muertos y 55 heridos; un año después, en diciembre de 2017, cuatro personas fueron detenidas en Inglaterra por pretender atentar durante la Navidad en algún punto de Gran Bretaña aunque, afortunadamente, la célula fue desmantelada a tiempo gracias al excelente trabajo de los Servicios de Inteligencia y las Fuerzas de Seguridad.
En 2018, en la ciudad de Estrasburgo, un ataque terrorista sembró el pánico muy cerca de su famoso mercado navideño, causando cinco muertos e hiriendo a once personas. En esta ocasión se trató de un individuo con nacionalidad francesa, Chérif Chekatt, de 29 años pero, tanto en Berlín-2016 como en Estrasburgo, ambos ataques serían reivindicados por el ISIS aunque sin pruebas fehacientes de que verdaderamente formaran parte de dicha organización.
He reseñado atentados cometidos durante las fechas navideñas como ejemplo de ataques a lugares donde se reúnen muchas personas, pero todos recordamos lo sucedido en tiempo de verano, en Niza o Barcelona. En ésta última ciudad y otras, sus Ayuntamientos han colocado bolardos que impiden a vehículos circular por las ramblas y paseos más concurridos evitando así que alguien atropelle a los viandantes. Pero ni todas las ciudades los tienen ni están siempre colocados en los lugares de gran afluencia de personas.
El día dos de febrero de 2020 se produjeron otros dos ataques, perpetrados por "lobos solitarios", un hombre en Londres y una mujer en Gante y así podemos seguir.
Vamos ya con las recomendaciones si nos topamos con uno o varios terroristas en nuestro camino, en cualquier ciudad o época del año:
Dedica unos minutos a conocer las salidas de emergencias de los lugares que visites en los que confluyen muchas personas. Te evitará no saber a dónde dirigirte si se produce el ataque o agolparse en la puerta de entrada del local, provocando que unos aplasten a otros, causando un mal mayor. Si ya nos hemos escondido, no dirigirse a las puertas puesto que ya estarán controladas por los terroristas. Guardar la calma en todo momento; ponerse nervioso solo empeorará su situación.
Si observas una mochila, paquete u objeto sospechosos, no habiendo nadie alrededor, no te hagas el valiente, queriendo comprobar lo que contiene: avisa a los agentes de policía más próximos o llama a los números de emergencias (cada País tiene los suyos, procura llevarlos en tu cartera o en tu teléfono móvil asociado a teclas de marcación rápida).
Si en la huida se te cae algo, no te es la vuelta para recuperarlo, nada es más valioso que tu vida.
En el caso de que tengas a los atacantes pisándote los talones, no te tires al suelo haciéndote el muerto; debes correr, intentando quedar fuera de su alcance.
Si la huida no es posible, busca un escondite o parapeto de piedra que impida que las balas te alcancen; no muebles de madera, cristal o plástico, pues los proyectiles pueden perforarlos. Huyamos en sentido contrario a donde se encuentren los atacantes y si no conseguimos salir de su radio de acción protegernos, en cuanto nos sea posible, tras un muro de piedra, cemento o ladrillo.
Los vehículos tampoco son los mejores parapetos contra las balas; olvídate de las películas, te aseguro que pueden atravesar su chasis. Pero si no queda otra, si nos escondemos tras un vehículo, colocarnos junto al motor, en la parte delantera, ya que es la más sólida.
En el lugar en el que te escondas, una vez entres, cierre la puerta enseguida, bloqueándola con muebles o lo que encuentres para reforzar la seguridad y ocúltate de la vista exterior, desde la calle a través de los escaparates. Cierra las luces si te da tiempo y si no, silencia su teléfono móvil –anulando incluso la vibración– y no hagas ruido. Si es un edificio de vivienda, dirígete a la terraza y cierra la puerta de acceso a la misma. En caso de atentado, desviarán los vuelos que surquen los cielos de la ciudad, excepto para los helicópteros de la Policía, que podrá detectarte en la azotea pero no les avises para no llamar la atención de los atacantes. La Policía sabrá lo que hacer una vez te localicen.
No usar los ascensores bajo ningún concepto; si se corta la energía eléctrica te quedarás atrapado o peor aún, a merced de los terroristas.
Envía mensajes de socorro a los Cuerpos de Seguridad; recuerda que ya tienes sus números de emergencias memorizados o anotados, pero si no es así o no reciben los mensajes que les envíes o no te responden, llámales con el máximo sigilo, sin captar la atención de nadie del exterior del local.
En el caso de que veas a alguien que creas que puede ayudarte, no salgas de tu escondite salvo que te lo indique la Policía. Quédate donde estás y si llega alguien identificándose como policía, pero no le ves, no salgas tampoco hasta que lo tengas claro. La tensión en ese momento es máxima para los policías y militares que se hayan movilizado y pudieran confundirle con uno de los terroristas; haz todo lo que te ordenen los agentes y sal con las manos en alto sin llevar ningún objeto y con movimientos lentos.
En España, el Ministerio del Interior ha dispuesto una aplicación gratuita, AlertCorps, que cualquiera puede descargarse en su teléfono móvil a través de la que enviar una alerta con la ubicación y ponerse en contacto con la central de emergencias. Si estás en otro País, infórmate de aplicaciones similares.
Colaborar con la Policía si nos resulta posible
No dudemos en salir de donde nos hallemos si oímos o vemos algo extraño; no esperemos a comprobar de qué se trata. No pocos supervivientes de atentados, al oír los tiros, pensaron que eran petardos. Algunos consiguieron escapar, in extremis, pero otros no porque aguardaron curiosos a comprobar de qué se trataba. Si vemos a varias personas correr en nuestra dirección, huyamos con ellos, no esperemos a saber de qué huyen, ya nos enteraremos después.
Pero si hemos quedado atrapados en el lugar donde se hallen los terroristas, permaneciendo escondidos, tal vez tengamos ocasión de enviar un mensaje a los servicios de emergencias o policiales (solo si verdaderamente podemos, no arriesgarnos), indicando los datos que podamos:
La última posición que recordemos de los terroristas (no salir de nuestro escondite para comprobar donde se encuentran)
Descripción de sus rasgos
Número de víctimas si las hay, especificando su gravedad aparente
Datos del lugar en que nos hallamos, especificando si los accesos están bloqueados,
Si hay rehenes
Las armas que portan los atacantes.
No salir de nuestro escondite para comprobar nada, simplemente indicar lo que sepamos a la Policía
No difundir noticias sobre inminentes atentados sin haber sido verificadas porque no solo crea alarma social, sino que puede provocar una estampida en un lugar atestado de gente causando heridos e incluso muertos.
Si estamos retenidos en el lugar que haya sido tomado por los terroristas, deberemos hacer acopio de paciencia y templar los ánimos: no hacerse los valientes, mejor permanecer escondidos.
Si somos rehenes y/o estamos capacitados de algún modo para defendernos, contando con más personas para ello, arremeter contra los terroristas con lo que tengamos a mano, entiéndase si las circunstancias son mínimamente favorables, puesto que más vale una herida que la muerte. Es lo que hicieron varios viandantes en el último ataque perpetrado en el Puente de Londres, actuando en grupo para neutralizar la amenaza, hasta que llegó la Policía. Ahora bien, si no tenemos nociones de defensa personal ni contamos con la ayuda de otras personas, mejor no mostrarnos desafiantes.
Cuando entren los agentes de las unidades de intervención policial en el sitio en el que hallamos quedado encerrados o retenidos, no ofendernos por el trato que podamos recibir en un principio, entendamos que ellos desconocen en ese momento quienes pueden ser los terroristas o si cuentan con colaboradores. En ocasiones, los terroristas se han hecho pasar por vecinos de un barrio acordonado por la Policía o por rehenes, para poder escapar; sucedió en Bruselas, por ejemplo.
Las recomendaciones anteriores son prácticamente las mismas que las que indican los Gobiernos europeos y norteamericanos a sus ciudadanos. Las guías que más difusión han tenido son la de la Policía de Londres, la del FBI y la del Ministerio del Interior de España, la cual ha tenido una gran propagación en todos los medios de comunicación; al ser España una superpotencia turística, las decenas de millones de visitantes que recibe todos los años se hicieron eco de esas recomendaciones, compartiéndolas con sus contactos en sus respectivas redes sociales. Recordamos el vídeo de 2018 que continúa plenamente vigente:
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