Las olas de calor están resultando cada año más sofocantes
Tanto si vives en una ciudad como en el campo, el calor puede llegar a ser agobiante y este verano volveremos a tener altísimas temperaturas.
En este post te daremos 7 consejos contra el calor, basándonos en recomendaciones de los expertos.
Índice
1. No te expongas al sol más de lo estrictamente necesario
Si te gusta tomar el sol, lo más prudente es que lo hagas al comenzar la jornada o al atardecer ya que en horas centrales del día es una temeridad. Los rayos del astro rey, a esas horas iniciales o de final del día, son perpendiculares con lo que no nos abrasaran la cara.
Te lo recomendamos, en especial, si eres rubio/a, de cabello rojo o de piel clara. Y aplícate protector solar si estás en la playa, sí o sí, por todo el cuerpo, media hora antes de la exposición y cada dos horas; también, después de cada baño.
No estés al sol más de veinte minutos; más que suficiente para ir adquiriendo un bronceado paulatino a lo largo de varios días. No necesitas más para conseguir la vitamina D que nuestro cuerpo requiere a diario.
Si estás trabajando o haciendo deporte, también debieras aplicarte protector en la cara o en los brazos y piernas, si no están cubiertas por ropa (pantalones cortos y camisetas).
Es un grave error tirarte en una toalla o hamaca durante media hora o más, con el sol dándote de lleno como si fueras una lagartija. Con los años, tu piel se verá seriamente afectada; no juegues con tu salud por tal de lucir una noche bronceado de estrella de cine.
2. El deporte, en las horas de menos sol
Resulta lógico, pero es que todavía hay quién cree que debe sudar para perder peso, lo que es un error.
No puedes ir a correr al mediodía o media tarde, en verano, salvo que quieras suicidarte y no es el caso, ¿verdad? Si haces deporte o ejercicio físico de cualquier tipo, lleva siempre agua contigo.
Tienes que beber agua (o alguna bebida isotónica) antes, durante y después si vas a correr durante más de una hora; pequeños sorbos a lo largo de la carrera es lo idóneo. Y enganchamos con el siguiente consejo.
3. Bebe mucha agua
Todos tus desechos internos se eliminan a través de las deposiciones y el sudor, pero para ello debes beber agua en gran cantidad pues en verano sudas mucho más.
Nuestros distintos sistemas orgánicos funcionarán adecuadamente puesto que las células necesitan agua. Pero también nuestras articulaciones, para que estén lubricadas.
No solo bebas agua; come frutas y verduras ricas en dicho elemento y bebe otros líquidos que te sienten bien (zumos, lácteos, infusiones… ).
Si eres hombre has de ingerir en torno a 3,7 litros de líquidos; si eres mujer, un litro menos y no te lo decimos nosotros sino la NAS (National Academy of Sciences) de los Estados Unidos.
Si estás embarazada, ya te habrá dicho tu médico que bebas más agua de la que habitualmente ingieres o si estás amamantando (en torno al 80% de la leche materna es agua).
Un estudio de la Escuela de Cinética Humana de la Universidad de Otawa concluyó que el almacenamiento de calor corporal es menor con la ingestión de agua tibia. Por lo tanto, si te gusta tomar infusiones, es más recomendable que sean con agua templada, no frías. Con respecto al café y el té, dentro de unos límites tolerables para que no te suba la tensión, aunque el café retiene más líquidos.
En cuanto a las bebidas carbonatadas, si bien son muy refrescantes y tentadoras y casi toda su composición es agua, suelen tener mucho azúcar y por lo tanto demasiadas calorías.
Busca un equilibrio dietético reduciendo la carga calórica dentro de los parámetros recomendables para tu actividad diaria.
4. No te atiborres de comer
Mejor que tus comidas sean ligeras y a las horas adecuadas.
Si haces las tres comidas típicas diarias (desayuno, comida principal y cena), el resto del día puedes tomar alimentos ligeros y ricos en agua.
Tu temperatura corporal no aumentará en exceso lo que sí sucedería si te metes una comida propia de vikingos.
David Levitsky, profesor de nutrición y psicología de la Universidad de Cornell (Nueva York), nos avisa de que, si nos hartamos de comer en fines de semana, festivos o vacaciones, como las de verano, después regresar a nuestros buenos hábitos alimenticios nos resulta muy complicado.
Por lo tanto, sigue con tu pauta de buena dieta y ejercicio físico también durante tus vacaciones de verano, solo que bebe más agua por el calor.
5. Siempre que puedas, lleva poca ropa
Una gorra para protegerse la cabeza no es mala idea, todo lo contrario.
Evita la ropa vaquera y el poliéster, porque no transpiran. Además, te pueden provocar rozaduras.
Ni se te ocurra ponerte una camisa vaquera, aunque sea de manga corta, si aprecias tus axilas. Los pantalones ajustados y más si son vaqueros se te pegaran a la piel con el sudor porque retienen la humedad.
Recurre a las prendas de lino, algodón y seda natural; son las que mejor transpiran, sobre todo si sudas mucho.
Adiós a las sandalias planas. Son muy chulas, y creemos que lo mejor para el verano porque el pie está al aire, pero es un error. Una suela fina y plana hará que la planta del pie te arda en el momento que andes un poco.
El color de la ropa es lo de menos, lo que importa es que sea holgada. Pero ciertamente si las prendas son blancas o de color claro, te notarás más fresco
¿Sabías que en Gran Bretaña están pintando las vías de tren de color blanco para reducir la temperatura a las que están sometidas? Así es, ya que el calor extremo las está deformando.
¿Por qué crees que las casas en el sur, donde hace más calor, son muchas de ellas de color blanco?
Las gafas de sol deben ser un complemento que no olvides al salir de casa en verano, pues tus ojos (más si son claros) lo agradecerán.
6. El coche, en la sombra o con el parasol
Si no tenemos un descapotable, entrar en un coche que ha estado al sol durante horas sin protección en la luna delantera te dará un golpe tremendo.
Primero abre las puertas y que se airee; arranca y pon el aire acondicionado.
Si te molesta el aire del coche, lo cual es un fastidio en verano, a ver qué te parecen estas alternativas:
Lleva siempre una nevera portátil para mantener el agua fría pero espera que se temple un poco antes de beber (el agua muy fría hará que te suba la temperatura corporal y tengas más calor).
Coloca un paño húmedo en la salida del aire. Lo conectas para que entre del exterior, (no acondicionado) y te saldrá frío; el efecto pasará pronto, así que lleva varios paños.
Lleva un ventilador de mano, de esos minúsculos pero efectivos, con lo que podrás refrescarte cuando sudes demasiado o colocarlo en algún lugar en el salpicadero, de modo seguro que no se caiga, para que te llegue a la frente.
Si eres motero, no dudes en usar chalecos refrigerantes. Pregunta por ellos en tu tienda de confianza (todos los moteros la tienen); lo agradecerás.
Ya puestos, pregunta por las mochilas de hidratación, si vas a viajar con tu compañera de dos ruedas.
7. Economiza energía
En las horas centrales, baja las persianas, aunque no es necesario que sea del todo, pero casi. Es más, esa rendija que dejes servirá para crear corrientes en la casa, pero no dónde te encuentres porque te entrará flama.
Ventila toda la casa nada más levantarte, por las mañanas y a última hora del día, justo antes de acostarte.
Invierte en toldos cuando te sea posible y en ventanas aislantes, porque reducirá (y mucho) el calor interior de la casa, ahorrando en electricidad.
La temperatura idónea del aire acondicionado es 24-25 grados, durante las olas de calor como las que estamos padeciendo, a potencia mínima (si la habitación es grande, a potencia media). Para refrigerarte es suficiente. Si bajas los grados el gasto eléctrico se dispara.
Tampoco abuses; más vale que instales en el dormitorio, para la noche, una lámpara con ventilador silencioso, que te aseguro funciona (y más sano; tus vías respiratorias lo agradecerán).
Desenchufa todo si no lo estás usando
Dejarlo enchufado, aunque lo hayas apagado, genera calor que llega en forma de la energía que la electricidad les está transmitiendo, aparte de que tus dispositivos se sobrecalentarán.
7 consejos contra el calor + 1 extra: ¿Qué hacer ante un golpe de calor?
Vamos a repasar los 7 consejos contra el calor que te hemos dado en el post:
No te expongas al sol directo más de 20 minutos si puedes evitarlo y aplícate crema protectora en todos los casos.
Deporte en las horas de menos sol (la gorra no es mala idea).
Bebe mucha agua.
No te atiborres de comer para evitar que la temperatura corporal aumente demasiado por la digestión tan pesada.
Siempre que puedas, lleva poca ropa y no uses ropa vaquera o chanclas demasiado tiempo.
El coche, en la sombra o con parasol. Lleva nevera portátil con agua fría pero no helada.
Economiza energía: baja persianas en las horas centrales del día y coloca toldos.
La muerte de un funcionario de limpieza en Madrid por un golpe de calor en 2022 impactó a la sociedad española: su cuerpo llegó a superar la temperatura interna de 41 grados, cuando lo normal es que sea de 36-37 grados. Es lo que se llama “hipertermia” o golpe de calor.
En 2023, otra lamentable noticia similar nos ha dejado sobrecogidos: un niño al que su madre dejó olvidado en la parte trasera de su coche, mientras acudía a su trabajo (ocurrió en Pontevedra) murió también por un golpe de calor.
El chaval, de tan solo tres años, no pudo soportar la altísima temperatura del mediodía permaneciendo en el vehículo durante seis horas, con las ventanillas cerradas. Además, llevaba manga larga porque a primera hora de la mañana hacía fresco.
El primer síntoma del golpe de calor es un intenso dolor de cabeza seguido de sequedad en la boca y ganas de vomitar (pudieras perder la conciencia).
Tal vez notes o lo haga una persona cerca tuya (muy pendientes si es un menor o alguien de avanzada edad), que a pesar del calor no sudas y es porque estás deshidratado. Tu presión arterial bajará y pudieras sentir calambres o convulsiones porque algún órgano esencial te esté fallando.
¿Qué hacer si te da un golpe de calor o a alguien próximo a ti?
Lo primero, claro está, llama a emergencias; pero mientras llegan:
La persona afectada ha de ser llevada rápidamente a un lugar de sombra o fresco.
Si está consciente, dale que beba agua.
Quítale ropa
Levántale la cabeza (apoyada en un cojín o similar)
Aplícale una toalla o algo frío en la frente, resto de la cara, el cuello, las axilas e ingles.
¡Ojo!, no lo metas en una bañera con agua fría, hielo ni nada parecido, pues pudieras ocasionar lo contrario de lo que se busca; el cuerpo reaccionará y elevará más la temperatura.
Conclusión: cada año hace más calor y nos afecta a todos
En Gran Bretaña no sabían lo que era una ola de calor hasta 2022, cuando sus termómetros rebasaron los 40 grados, activando la alerta máxima por calor extremo.
Si nos vamos más al sur, en la Península Ibérica, lo normal es ver los termómetros de las ciudades superar los 45 grados. Es lo que tiene vivir rodeado de hormigón y asfalto.
Por las noches suele refrescar algo en las zonas rurales, pero en las urbanas el calor retenido en los grandes edificios de pisos obliga a poner el aire acondicionado, con el consiguiente gasto de energía y la paralela contaminación que conlleva.
El problema es lo mal que se han planificado las ciudades modernas, sin apenas zonas verdes, que ayudarían a disminuir la temperatura.
Primera recomendación para los ayuntamientos: plantar más árboles, crear más áreas ajardinadas e incluso huertos urbanos con árboles frutales.
Una urbe con muchos árboles absorbe el calor desprendido por los numerosos vehículos que transitan sus calles y por los aparatos de refrigeración que no cesan de funcionar durante todo el día.
Segunda recomendación para los ayuntamientos: los edificios deben ser menos altos y las calles más anchas para que el aire circule entre ellas y no se quede atrapado en recovecos entre grandes bloques.
Los consistorios pudieran tener dinero para invertir en las diferentes necesidades municipales si ahorran en gasto energético planificando bien los trazados de las calles y las zonas verdes que permitieran que el calor no fuera tan abrumador.
Debido a que las promesas electorales de mejorar todo suele quedarse en agua de borrajas, nos toca a los ciudadanos llevar a cabo las prácticas necesarias para solventar el problema del calor extremo (y tantos otros).
Consejo extra: No te duches con agua fría durante el verano porque el organismo se defenderá de lo que cree es una bajada drástica de temperatura; mejor agua templada.
El cuerpo aumenta el riego sanguíneo si es sometido al frío lo que hará que suba tu temperatura corporal y te sientas muy caluroso al poco tiempo de esa ducha fría que creías placentera.
Os dejamos, como es costumbre, con una noticia relacionada con el tema que abordamos pero desde un medio ajeno al nuestro, para tener información complementaria. Os remitimos al canal alemán DW, uno de los más veteranos y profesionales informativos del Mundo:
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