Te recomendamos varias sugerencias para poder llegar a fin de mes sin estrecheces
Llenar el depósito de un vehículo normal se ha convertido en una pesadilla. Si además, tenemos caldera de gasoil en casa, se nos irá gran parte de nuestro presupuesto doméstico, junto con el recibo de la luz que se ha multiplicado por dos en pocos meses.
Déjame que te recomiende una serie de consejos para que tu bolsillo no se quede más vacío que un agujero negro.
No es una simple suposición; yo lo he probado y créeme, funciona. De tus hábitos depende que te las veas muy negras a final de mes o en cambio consigas salir adelante, a pesar de la acelerada inflación. Vamos ya con nuestros consejos.
Consejo 1º: El transporte público
Sería una opción fenomenal si las empresas se adaptaran y permitieran entrar a distintas horas en el trabajo: un grupo de empleados a una hora y otro más tarde para no saturar los medios de transporte.
Lo mismo a la salida del trabajo. De tal modo que los que entraran a primera hora, la semana siguiente lo harían más tarde y viceversa. En casi todos los Países, acorde con su situación, la media del precio del billete compensa mucho con respecto a coger nuestro vehículo para desplazarnos. .
Consejo 2º: La bicicleta o el patinete
Mírale todo lo bueno que te aporta: no tendrás problemas de atascos ni de aparcamiento. Además, tu cuerpo lo agradecerá por el ejercicio físico añadido que siempre viene bien.
El problema es que resulta pesado precisamente por el esfuerzo físico que conlleva, pero te acostumbras enseguida; por otro lado, en verano sudarás y nadie quiere llegar así al trabajo, por lo que tendrás que llevar en tu mochila la camisa que te pondrás en el curre y una toallita para refrescarte antes de iniciar tu jornada laboral.
La alternativa es el patinete eléctrico: ni sudas ni hay tanto esfuerzo físico; escoge lo que mejor te vaya.
Consejo 3º: Ajusta tu termostato
Y si no lo tienes, ¿a qué esperas para ponerlo? Te permitirá poner la temperatura a la que calentar la casa para estar cómodo.
21 grados (22 a lo sumo), es suficiente para no pasar frío, pero también ahorrar energía, puesto que, a más grados, la caldera necesitará de más combustible.
Ni que decir tiene que debieras programar la calefacción y que solo se active cuando realmente sea necesario; tenerla puesta todo el día hará que tu cartera se resienta mucho.
¿Sabías que los calefactores y radiadores mantienen el calor que desprenden durante un rato una vez los apagas? Aprovecha el calor residual y no tengas la estufa o los radiadores encendidos hasta el último momento, antes de acostarte. Si lo haces a las diez de la noche, por ejemplo, puedes apagarlos a las nueve y cuarto y eso que te ahorras.
Y si se trata de aparatos de aire acondicionado, lo mismo: no es necesario (ni saludable) que los tengas a 16 o 17 grados. Sube un poco la temperatura de modo que enfríe el ambiente sin que tenga que estar como si te encontraras sobre un iceberg.
Consejo 4º: Llama a un técnico en eficiencia energética
Y que examine tu vivienda. Te aconsejará qué cambios debes realizar como las ventanas, por ejemplo, para que el aislamiento térmico sea más eficiente, lo que redundará en un mayor ahorro de calefacción.
Revisará tu caldera, los aparatos de aire acondicionado, los radiadores, las tuberías, incluso las ventanas, por si se escapa el calor o el frío al no cerrar herméticamente. También revisará el tipo de bombillas que utilizas (consejo: cámbialas todas a LED, bajo consumo) y como incide todo ello en el gasto de energía eléctrica.
Consejo 5º: Dúchate con agua templada o fría
Intenta ducharte con el agua más templada, tirando a fría. No solo es bueno para tu cuerpo, sino que ahorrarás igualmente ya que tirarás menos de la caldera o de calentador, da igual si es eléctrico como si es de gas.
Y si eres un valiente, tu corazón agradecerá que te duches con agua fría, sobre todo tras un ejercicio físico intenso en el que nuestro principal órgano está acelerado.
Si tienes agujetas del día anterior, por la razón que sea, la ducha fría te permitirá aliviar la rigidez propia de esa dolencia.
La musculatura se regenera con el agua fría y la tonifica. Además, contrae los vasos sanguíneos logrando que tus articulaciones no estén tan tensas.
Evidentemente, si lo que deseas es relajarte, lo mejor es el agua templada (ni fría, ni caliente), así que no se te ocurra ducharte por la noche con agua helada porque te costará dormir.
Consejo 6º: Sube la temperatura del frigorífico un par de grados
No necesitas tener la nevera helada como si de una puerta hacia el Ártico se tratara.
Puedes subir algo los grados que no afectará a tus alimentos. Lo ideal, cuatro grados sobre cero.
El frigorífico es el único electrodoméstico que está encendido todo el día, las 24 horas, al igual que el congelador, que lo mismo está unido al frigo, que lo tienes aparte y puedes mantener a 18 o 19 grados bajo cero, no es necesario más. Guarda en el congelador la carne y el pescado que compres para cocinarlos más adelante.
Eso sí, quita la escarcha cada cierto tiempo, no dejes que se acumule demasiada porque aumentará mucho la energía eléctrica que requiere el congelador para funcionar.
No abras continuamente la puerta del frigo; hazlo solo cuando en realidad sea necesario (si vas a usar varios alimentos para una misma comida, sácalos todos de una vez). Cada apertura del frigo se traduce en mayor gasto energético.
Consejo 7º: No habras el horno mientras esté funcionando
La comida al horno es muy saludable pero no se te ocurra nunca abrirlo mientras esté funcionando, lo cual es una fea costumbre que muchos tienen, para comprobar si lo que cocinas ya esté en su punto. Si lo haces, se te va mucha energía que redundará en la eficiencia del aparato.
Respeta los tiempos de cocción que la receta que estés siguiendo recomienda y no será necesario revisar abriendo la puerta del horno. Es más, puedes apagarlo 5 minutos antes que el calor se mantendrá pero sin que el horno esté funcionando; es el mismo principio que con los radiadores: calor residual.
Consejo 8º: Electrodomésticos en las horas de menor coste
Destina un día de la semana para la lavadora y el siguiente para la plancha, salvo que seáis muchos y tengas que emplear otro día más en esas tareas.
Son electrodomésticos que gastan mucho pero si los utilizas en las horas en las que la electricidad está más barata, te compensará. Por ejemplo, prueba a poner la secadora, incluso el lavavajillas, mientras desayunas o haces tu ejercicio matutino. Como después te ducharás y te cambiarás de ropa, puedes dejar mientras tanto funcionando esos aparatos. Si los pones por la tarde, la diferencia de precio de la luz es brutal.
Limpiar los filtros de la secadora cada cierto tiempo te permitirá ahorrar al no verse la máquina forzada a usar más energía para dar más de sí. Con los aparatos de aire acondicionado haz de hacer lo mismo.
Utiliza programas cortos en la lavadora o con agua fría (casi toda la electricidad que requiere la lavadora es para calentar el agua); como mucho, activa el lavado a treinta grados, no más, si no lo necesitas. Llena el tambor para usarla menos veces.
Podemos usar también un programa "eco" o corto con el lavavajillas, el cual utilizamos más que la lavadora; prácticamente a diario.
Consejo 9º: Tu tv, mejor si es LED
Si tienes un televisor de plasma o LCD, vale la pena invertir en uno LED puesto que te consume menos energía. Tal vez pienses que no influirá en tu factura de la luz el tipo de televisor que tengas, pero no es así.
Se trata de uno de los electrodomésticos que más gasta porque tendemos a mantenerlo encendido todo el día. Sí, has oído bien.
Tú crees que lo apagas con el mando, pero no es así, lo mantienes en "stand by", cuando lo correcto (si quieres ahorrar) es desenchufarlo. Para que no sea una incomodidad, enchufa el aparato a una regleta de esas con interrruptor, para lo que solo tendrás que cerrar el mismo.
Las dos medidas, cambio de televisor y apagado del todo, puede suponerte un 8 o un 9% menos en la factura de la luz (igual con los equipos de música; no los dejes en stand by, desenchúfalos).
Consejo 10º: Portátil antes que pc de sobremesa
Con respecto a nuestro ordenador en casa, te recomiendo un portátil antes que uno de sobremesa, si no necesitas un equipo demasiado potente por motivos laborales.
En cualquier caso, pon la iluminación de la pantalla en modo nocturno y no le instales ningún salvapantallas por muy molón que sea.
Tampoco dejes conectada la impresora por comodidad, como sucede ahora con las inalámbricas vía wifi; enciéndela solo cuando realmente vayas a usarla.
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